domingo, 20 de julio de 2014

RUSIA Y CHINA, ESTA VEZ SÍ, ALIADOS DEFINITIVOS.


"Las nuevas burguesías de Rusia y China hubieran preferido aliarse a Estados Unidos y Europa. Pero las potencias occidentales que tanto presionaron por su reconversión al capitalismo no las aceptan en la primera A de las economías mundiales y pujaron por apartarlas de sus negocios. Quieren que sean capitalistas, pero que jueguen en el equipo de los emergentes. Occidente jugó duro y descabezó con un golpe blanco al presidente ucraniano aliado de Rusia. Fue un mensaje directo a Moscú. Rusia tomó nota y esa ramplona estrategia occidental logró lo que no habían conseguido los zares ni el comunismo: la alianza energética estratégica entre China y Rusia. De aquí en adelante, los dos gigantes están obligados a ser inseparables porque la tercera parte del gas que consume la descomunal industria china ahora provendrá de su vecina. La alianza entre Mao y Stalin fue ideológica y efímera. Esta vez los vínculos son más fuertes porque crean una interdependencia económica que siempre habían esquivado a pesar de las vecindades y las extensas fronteras que comparten. La hostilidad de las potencias occidentales derrumbaron el muro de desconfianzas, competencias y desavenencias históricas y Rusia bajó todas sus condiciones en una negociación que llevaba bloqueada más de diez años. Le dio acceso así a China a una fuente de energía más barata.
China y Rusia están obligadas a no pelearse y, si pueden, a no competir y tratar de complementarse. Tratan de hacer su propio juego. Los BRICS forman parte de él y más después de la crisis ucraniana y el acuerdo por el gas".
(LUIS BRUSCHTEIN, diario Página 12, 19/07/2014). — con Pedro Romo.

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