Muchos seres humanos no solemos comprender que en estas cortas palabras radia el pulso de la vida misma. Por eso suelo pensar que quienes odian a la sociedad y viven en sus enfermos egos demenciales deben de pagar con dolor sus acciones. En cambio vivir en el "darma" es un sin fin de bellas energías... Gracias a todos aquellos que en estos días sumaron sus palabras y apuestan a "un mundo mejor"
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