En estos días de fin de año los balances se hacen inevitables, los cierres y las planificaciones, las alegrías y las tristezas, el veloz correr del tiempo que jamás nos deja de apurar.
Hablar de verdades se hace necesario, seguir con las grandilocuentes mentiras que encubren profundas personalidades es ya un derroche de espacio tiempo que no debemos permitirnos.
Lo concreto es que la “reina” mentira circuló en los medios de comunicación hasta que una contundente verdad la dejo culo para arriba. Muchas pequeñas mentiras o medias verdades son la comidilla de sendas paginas de toda índole, forma y estilo, son las menos peligrosas, es como aquel dicho, “la mentira tiene patas cortas” y siempre la verdad sale a la luz del buen sol. Después nos quedan las verdades fingidas y las mentiras sobreactuadas, allí uno se suele marear y por lo general, y depende de quien venga y con cual vinculación de amistad, familia o compañera, es que uno tiene tres caminos, el primero, buscar acuerdos sin llegar a lastimar egos, el segundo hacerse el boludo y apostar a los cambios que suelen venir con la maduración y el mejor entendimiento y tercero, simplemente repudiar la mentira y tomar distancia de esos espacios. No es fácil y suele ser torpe el poder darse cuenta de donde que cosa viene. Pero al final, tenemos dos amigos inseparables, “el tiempo” y “la verdad” que por suerte siempre llegan juntas. Vamos a prometernos que este fin de año, expulsamos la mentira de nuestras almas !?
No hay comentarios:
Publicar un comentario