Para debilitar a Rusia, EE.UU. está dispuesto a todo, pasando por alto los intereses de sus aliados europeos, perjudicados por las sanciones antirrusas, lo que resulta aceptable para los estrategas de Washington, opina el historiador estadounidense Eric Zuesse
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, lleva a cabo en Libia, Siria y Ucrania una política de desestabilización, escribe el historiador Eric Zuesse en la revista 'Strategic Culture'. Según él, el objetivo de Washington pasa por debilitar a Rusia. Sin embargo, la que sufre de las acciones de EE.UU. es Europa, que se enfrenta al problema de los millones de refugiados llegados de regiones en crisis, lo que echa más leña al fuego de la indignación de los detractores de la inmigración en la UE, y socava la estabilidad política de Europa, señala el autor.
Antes de que EE.UU. bombardeara Libia, el país norteafricano era una nación próspera, continúa Zuesse. Sin embargo, tras la intervención de Estados Unidos Libia se ha convertido en el problema más grave para Europa. Según el historiador, Siria será el siguiente país que debe ser destruido para doblegar a Rusia.
La meta primordial de Obama en las relaciones internacionales es derrotar a Rusia y forzar un cambio de régimen que hará de Rusia una parte del imperio norteamericano
En Siria, EE.UU.trata de derrocar a Bashar al Assad, bajo cuyo régimen el país "sigue siendo un estado laico con libertad de religión". Sin embargo, los estadounidenses quieren establecer allí un gobierno islámico y apoyan a terroristas para conseguir su meta, según el historiador. Además, Assad es un aliado de Rusia, y Siria ha jugado un papel clave en términos de "promoción de los recursos energéticos de Rusia a Europa". En este sentido, Zuesse cree que la "lucha" norteamericana contra el Estado Islámico es solo un "show" y "propaganda".
Del mismo modo, en 2014 Washington derrocó al Gobierno de Víktor Yanukóvich en Ucrania, no bajo el pretexto de "la lucha contra el terrorismo islámico", sino de las "manifestaciones democráticas".
"La meta primordial de Obama en las relaciones internacionales es derrotar a Rusia y forzar un cambio de régimen que hará de Rusia parte del imperio norteamericano", señala Zuesse.
Según la opinión del autor, la política exterior de Washington puede llevar a que "Estados Unidos sea el último superviviente en esta guerra" cuando se termine el caos y la destrucción provocados por los mismos estadounidenses. El hecho de que las sanciones antirrusas perjudican la economía europea no preocupa a los estrategas estadounidenses.
Estados Unidos será el último sobreviviente en esta guerra
"Es posible ganar el juego de dos maneras. La primera es mejorando sus propios resultados, mientras que la otra consiste en reducir los resultados de todos sus competidores. Y EE.UU. usa el segundo método", concluye el historiador.
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