Con cada nueva filtración "vemos que el Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones está más lejos", constata el activista noruego Petter Slaatrem Titland, quien advierte de que "la gente en EE.UU. y en la UE no ve beneficios en este acuerdo".
Es necesaria más información para llevar a cabo un debate abierto sobre los aspectos más importantes del polémico Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones (TTIP, por sus siglas en inglés), que hasta ahora solo ha sido discutido a puertas cerradas, opina Petter Slaatrem Titland, activista y director para Noruega de la organización internacional Attac (Asociación por la Tasación de las Transacciones financieras y por la Acción Ciudadana).
Los crispados correos electrónicos intercambiados entre funcionarios de la UE y de EE.UU. filtrados la semana pasada muestran signos de una creciente tensión entre ambas partes debido a la falta de avances en las conversaciones sobre un acuerdo comercial trasatlántico.
En un correo electrónico remitido el pasado viernes a los 28 embajadores de la UE en Bruselas, la Comisión Europea advierte de que EE.UU. tiene que cambiar su manera de abordar las negociaciones y centrarse más en los intereses europeos si quiere culminar las conversaciones antes de que concluya el mandato de Obama.
En una entrevista a RT, Petter Slaatrem Titland destaca que, teniendo en cuenta las últimas filtraciones y los crecientes debates en el conjunto de Europa, "es muy dudoso que alguna vez haya un acuerdo comercial" no solo durante el mandato de Obama, sino "en cualquiera de las presidencias que tengamos por delante".
Los funcionarios pueden tener desacuerdos, pero los ciudadanos de la UE y de EE.UU. tienen desacuerdos aún mayores con sus propios políticos
Según el analista, mientras este tratado se discutía a puertas cerradas, la UE "podía mantener negociaciones en silencio", pero "a medida que la gente en Europa está mejor informada, la UE también está siendo presionada para conseguir un mejor acuerdo comercial" que no vulnere los derechos importantes, "por lo que vemos que con cada filtración el TTIP está más lejos".
En relación al secretismo que rodea las conversaciones, Titland confirma que si uno quiere obtener información "con el fin de tener un debate democrático adecuado" no tiene otro recurso que recurrir a las filtraciones.
"Los funcionarios pueden tener desacuerdos, pero los ciudadanos de la UE y de EE.UU. tienen desacuerdos aún mayores con sus propios políticos", señala el activista.
"Los ciudadanos no ven beneficios en este acuerdo"
En su opinión, aunque al principio la Comisión Europea defendía los beneficios económicos de este tipo de acuerdos, al estudiarlos más de cerca, estas ventajas parecen, "en el mejor de los casos, muy dudosas" y están basadas en "suposiciones que no se corresponden con la realidad".
"El argumento económico ha sido disminuido por la UE al menos en el último año o más y está luchando para encontrar nuevos argumentos", como, por ejemplo, "algún tipo de razón geopolítica", indica el analista.
Sin embargo, concluye, "la gente en EE.UU. y en la UE no ve realmente beneficios con este acuerdo"
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