Osetia del Sur y Moscú han homenajeado a las víctimas del ataque que hoy hace siete años esta pequeña república del Cáucaso sufrió a manos de Georgia, presidida en aquel entonces por Mijaíl Saakashvili.
El intento de retomar el control sobre la antigua región autónoma georgiana fue organizado como una auténtica matanza. La guerra duró solo cinco días pero se cobró la vida de centenares de personas en la ciudad de Tsjinval y sus afueras. Más del 80% de los edificios de la capital de Osetia del Sur quedaron dañados.
"En pocas horas murieron o resultaron heridas miles de personas", recuerda en unapublicación en Facebook el primer ministro y en aquel entonces presidente ruso, Dmitri Medvédev. "Fallecieron los conciliadores de paz rusos, que de conformidad con un mandato de la ONU habían sido enviados allí para asegurar la paz. Su asesinato fue una gran infracción del derecho internacional, un crimen gravísimo. Rusia tomó como respuesta medidas duras pero adecuadas".
En Tsjinval una solemne ceremonia de homenaje a las víctimas ha sido encabezada por el líder de la república, Leonid Tibílov. El político depositó flores al monumento del batallón ruso que defendía la república en 2008. También acudió una procesión religiosa, cuyos participantes llevabon las fotos de sus familiares muertos en el conflicto.
Mientras tanto, uno de los principales protagonistas de aquel conflicto, el entonces presidente de Georgia, Mijaíl Saakashvili, impone sus usos en la región costera ucraniana de Odesa. Tan pronto como terminó su mandato fue acusado en Georgia de varios delitos cometidos durante su presidencia y tuvo que exiliarse primero en Occidente y luego en Ucrania, donde hace pocos meses fue designado gobernador de la provincia de Odesa.
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