El rápido crecimiento de la popularidad del Banco Asiático de Inversiones en Infraestructura (BAII), impulsado por China, demuestra que el impacto regional y global de Pekín está aumentando y que el orden mundial está cambiando, consideran los expertos.
Ya son 45 los países que han anunciado su intención de adherirse al Banco Asiático de Inversiones en Infraestructura, además de algunos otros que "contemplan esta posibilidad", según el portal vestifinance.ru. Incluso los principales rivales de la nueva institución, como la directora del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, hablan de unirse o por lo menos cooperar con el banco.
"Es obvio que Washington está mirando con preocupación la creación y expansión de la influencia del BAII y de China", reza el artículo, que informa que EE.UU. ha intentado presionar al Reino Unido y otros países para que no se unan al banco, pero los 'aliados' han puesto sus intereses por encima de sus relaciones con Washington.
Según el artículo, el problema que ahora tiene EE.UU. podría no haber surgido si los legisladores norteamericanos no bloquearan la reforma del Fondo Monetario Internacional, donde la participación de los países en desarrollo, entre ellos China, es muy pequeña.
Al final resultó que esta situación no satisface casi a nadie, mientras que la alternativa a las grandes instituciones financieras que propone China pronto podría convertirse en la única solución que sea atractiva para la mayoría de los países.
"Es poco probable que EE.UU. acepte el hecho de que en la arena de las instituciones multinacionales, donde tradicionalmente ha dominado, haya un nuevo actor fuerte", cree el autor del artículo. Sin embargo, prosigue, teniendo en cuenta la participación de los países de la UE en el proyecto, "Washington tendrá que cooperar de alguna manera con el BAII", agrega.
"De todos modos, EE.UU. es la única gran economía que no está representada entre los participantes del nuevo Banco de Desarrollo y esto por si solo ya es una fuerte prueba de los cambios en el equilibrio de poderes", concluye el artículo.
"Una prueba del nuevo orden mundial"
Por su parte, el analista político e investigador principal en el Instituto de Estudios Estratégicos e Internacionales de Malasia, Sholto Byrnes, sostiene en una columna, publicada en el portalthenational.ae, que "el nuevo banco de China es la prueba de que hay un nuevo orden mundial".
EE.UU. teme "que sin los procedimientos adecuados de gestión el banco pueda ser utilizado por China como una herramienta de la política exterior. Por supuesto que lo será, igual que el Banco Mundial ha sido utilizado como una herramienta de la política estadounidense", cita el experto a un comentarista australiano.
El mundo ha cambiado. Es hora de que Estados Unidos se ponga al día
En opinión del analista, llama la atención que, "desde su inicio en la conferencia de Bretton Woods en 1944, el Banco Mundial ha sido tradicionalmente dirigido por un estadounidense y el FMI, por un europeo", además de que "ambas instituciones se basan en Washington".
"Su ubicación y la procedencia geográfica de sus dirigentes han sido reflejo del orden establecido después de la Segunda Guerra Mundial", pero "no están actualizadas", señala el columnista, explicando que "continuar con este privilegio de Europa y EE.UU. es indefendible, algo que las economías emergentes dejaron claro cuando Dominique Strauss-Kahn tuvo que dimitir como jefe del FMI en 2011".
Desde que China superó a EE.UU. para convertirse en la mayor economía del mundo –según anunció el FMI en diciembre pasado– el derecho de Pekín "a tener una mayor influencia en la arquitectura financiera global" no se puede negar.
Aunque signifique que "una gran parte de la dirección provendrá de Pekín en lugar de Washington", este nuevo equilibrio de poder "es totalmente apropiado", y forma parte del cambio inexorable hacia un mundo multipolar que no puede ser detenido por los estadounidenses, "molestos por la erosión gradual de su dominio", asevera el experto.
"Es una advertencia a EE.UU. Pero dada la facilidad con la que los países de Oriente Medio, Europa y Asia se están inscribiendo al BAII, también es un mensaje. El mundo ha cambiado.Es hora de que Estados Unidos se ponga al día", concluye el analista.
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