Numerosos ciudadanos chinos están tan indignados por el fallo de un tribunal internacional en relación a territorios en disputa en el mar de la China Meridional que han dirigido su furia contra lo que ven como símbolos de EE.UU.: Apple y KFC.
La "decisión final" de un tribunal de arbitraje de La Haya sobre la disputa en el mar de la China Meridional ha sido percibida como un reto a China no solo por las autoridades del gigante asiático, sino también por la población del país.
Videos de personas destrozando sus iPhones han comenzado a difundirse en el país, al igual que los de turbulentas protestas frente a locales de la cadena de comida rápida KFC en al menos 17 ciudades, según informes de la prensalocal.
A las puertas de restaurantes de KFC en ciudades como Hangzhou y Changsha, se congregaron cientos de personas portando carteles que instan a que "los productos estadounidenses salgan de China".
¿Por qué están tan enfadados?
Su ira está dirigida contra EE.UU., visto como la fuerza occidental que respalda a un grupo de pequeños Estados asiáticos con los cuales China disputa la soberanía de un grupo de islas en el mar de la China Meridional, en concreto el archipiélago Spratly.
Sin embargo, la semana pasada, el tribunal internacional de La Haya falló a favor de Filipinas, a quien otorgó la soberanía de algunas de estas islas.
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