Arturo Wallace.-BBC Mundo, Bogotá El excomandante paramilitar Salvatore Mancuso se desmovilizó
en 2005 y lleva casi cuatro años en una cárcel de Estados Unidos, pero este
viernes logró paralizar casi por completo a Colombia.
En una extensa entrevista concedida a una emisora local
(Radio Caracol), Mancuso volvió a vincular a varias personalidades del mundo de
la política colombiana con sus actividades paramilitares.
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Y desde entonces en los corrillos políticos del país casi no
se habla de otra cosa.
La reacción más fuerte provino de los allegados al expresidente
Álvaro Uribe, que inmediatamente desmintieron que el exmandatario alguna vez se
hubiera reunido con el líder paramilitar, como este afirmara durante la
entrevista.
"Nunca, absolutamente nunca (se reunieron Uribe y
Mancuso)", le dijo a BBC Mundo José Obdulio Gaviria, quien fuera asesor
del expresidente durante sus dos mandatos.
"Una vez se encontraron en un almacén de insumos
agropecuarios, pero Uribe no tenía idea de quién era él y Uribe saluda
absolutamente a todo el mundo", afirmó Gaviria, para quien las
declaraciones de Mancuso hacen parte de una "conspiración criminal"
orquestada "desde la extrema izquierda" para desprestigiar al
exmandatario.
Y el abogado de Uribe, Jaime Granados, informó que su
representado se preparaba para demandar por injurias y calumnias al
excomandante paramilitar, quien también afirmó haber apoyado la campaña de
reelección del expresidente colombiano.
¿Venganza o advertencia?
Esta no es la primera vez que alguien intenta vincular
directamente al expresidente Uribe con los grupos paramilitares de derecha
responsables de numerosas violaciones de derechos humanos.
Salvatore Mancuso
Salvatore Mancuso fue miembro del Estado Mayor y comandante
de varios bloques de las Autodefensas Unidas de Colombia, la agrupación
paramilitar de derecha fundada en 1997 para combatir a la guerrilla.
Mancuso fue uno de los principales voceros de las AUC
durante el proceso de negociación promovido por el entonces presidente Álvaro
Uribe, el que llevó a su desmovilización en el año 2005.
Las AUC están acusadas de haber cometido numerosas masacres
en contra de civiles y otras violaciones de derechos humanos, así como de
vínculos con el narcotráfico.
Por esta última razón Salvatore Mancuso y otros comandantes
paramilitares fueron extraditados a EE.UU. en 2008.
Pero el exmandatario siempre lo ha negado.
Y durante la entrevista Mancuso no quiso entrar en detalles
sobre las supuestas reuniones con Uribe, aduciendo temer por la seguridad de su
familia.
Esta falta de pruebas les ha permitido a los simpatizantes
del expresidente descartar los señalamientos del excomandante de las
Autodefensas Unidas de Colombia -extraditado por Uribe a EE.UU. para que
respondiera por acusaciones de narcotráfico- como una venganza.
Pero para el analista Mauricio Romero esa economía en los
detalles también se puede interpretar como una advertencia de que Mancuso puede
contar más si no recibe algo a cambio antes.
"La entrevista se tiene que ver en el contexto de esa
carta que ellos (los comandantes paramilitares) mandaron hace dos semanas, en
la que pedían se renegociara con las Autodefensas", explicó Romero.
"Ellos definitivamente quieren que se les reconsideren
sus penas, especialmente si se está discutiendo (en el Congreso) el Marco para
la Paz", dijo refiriéndose a un proyecto de ley que quiere crear mejores
condiciones para una eventual desmovilización de los grupos guerrilleros.
"(Los comandantes paramilitares) estarán pensando:
bueno, de aquí, de la cárcel en Estados Unidos, salimos en 5 o 7 años, pero no
hacemos ningún negocio si después nos mandan a Colombia a pagar 30 años".
"Entonces creo que el mensaje puede ser: si ustedes no
nos meten a nosotros en el Marco para la Paz que se está discutiendo, entonces
vamos a hablar más en detalle", dijo Romero, un académico y analista de la
corporación Nuevo Arcoiris que ha escrito varios libros sobre los paramilitares
colombianos.
Asignatura pendiente
De hecho, para Romero, más allá de la supuesta reunión con
Uribe, Mancuso no dijo nada especialmente nuevo.
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Y el analista también reconoce que la extemporaneidad de las
revelaciones del excomandante paramilitar -quien durante la entrevista también
dijo que sectores de la derecha venezolana habían contactado a las AUC para
intentar llevar a cabo un golpe de estado- hacía que sus motivaciones fueran
objeto de sospecha.
Colaboradores de Uribe niegan que este se haya reunido con
Mancuso.
"La incriminación del presidente Uribe puede tener un
elemento de retaliación o ser una indicación de que se rompió el pacto de
silencio", le dijo a BBC Mundo.
Por lo pronto, el debate en las redes sociales parece
confirmar que, en lo que se refiere a Uribe, una mitad de los colombianos no
necesitan pruebas para creer en la culpabilidad de Uribe y la otra mitad no
requiere de pruebas para estar convencidos de su inocencia.
Y también pone en evidencia lo mucho que aún queda por
caminar para hacer cumplir los compromisos con la verdad, la justicia y la
reparación contemplados en la Ley de Justicia y Paz, que fue la que permitió la
desmovilización formal de los grupos paramilitares.
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