La especie homínida más antigua que se conoce, el Homo Habilis, vivió aproximadamente desde hace 1.9 hasta 1,6 millones de años. El Homo Ergaster apareció hace 1.75 millones de años, y desapareció hace 1 millón de años. El Homo Erectus vivió entre hace 1,8 millones y 300.000 años. El Homo Sapiens tiene apenas 200,000 años de antigüedad y está a punto de extinguirse. Lo corto de su existencia, se deberá a que es el único “civilizado” y que usa esa civilización para auto-extinguirse y de paso matar otras especies animales y vegetales.
La “civilización” en su carrera hacia el “progreso” y el “desarrollo” está atacando ferozmente a la naturaleza de la cual (aunque el neoliberalismo no quiera reconocerlo) es parte.
Esa destrucción que se dice “por acción humana”, realmente es así, pero no es como nos dicen, que todos los humanos somos los culpables, la culpa es de la voracidad de ganancias del gran capital transnacional, que maneja el mundo a través de sus gobiernos sirvientes como Obama y Humala, quienes atacan en diversas formas a los defensores de la naturaleza y de la vida
Las agresiones a la naturaleza son cada vez más fuertes y más variadas, usando para el ataque los adelantos de la ciencia y de la técnica, como en el caso del moderno “fracking”. Mencionemos algunas de las muchas agresiones: Minería a cielo abierto, deforestación, represas para hidroeléctricas, extracción de hidrocarburos, agroindustria, energía atómica, perforación de la capa de ozono (lo que da paso a los rayos ultravioletas que nos hacen daño).
La defensa de la naturaleza (que tiene en primera fila a las poblaciones indígenas, rezagos culturales de la organización colectivista solidaria y respetuosa de la naturaleza de los comienzos de nuestra especie, antes del surgimiento de la “civilización” del egoísmo) se extiende a cada vez más sectores de la humanidad amenazada de extinción, incluyendo científicos, quienes, llegando a comprender que la única forma posible de defenderla es la movilización colectiva, llaman a ella y algunos se incorporan a las luchas, sufriendo la represión de los gobiernos sumisos a los depredadores.
El más peligroso ataque del gran capital y el más eficaz para el extermino de nuestra especie, es el calentamiento global de la atmósfera impulsado por él, a través de la emisión de los denominados gases de efecto invernadero: Dióxido de carbono ( CO2 . ), metano ( C H 4 ), óxido de nitrógeno ( N 2 O ) y otros.
El calor del sol recibido por nuestro planeta, debe ser mantenido parcialmente y el resto debe ser devuelto al espacio. Los mencionados gases hacen que el calor del sol, recibido por la tierra, sea retenido en la atmósfera en cantidad mayor de lo que debiera, lo que produce alteración de los ciclos climáticos naturales: Provoca sequías, inundaciones, huracanes, inviernos más fríos, veranos más calientes, derretimiento de los hielos polares y nieves cordilleranas, desaparición de arroyos y lagunas, adelgazamiento de ríos, aumento del nivel del mar, exterminio de la vida microscópica marina que alimenta a peces y otras especies, desaparición de vegetales, etc.
Últimamente se detecta un gran peligro: El deshielo del Ártico, que es consecuencia del calentamiento, pasa a ser productor de mayor calentamiento, pues al desaparecer el espejo que es el hielo blanco, el calor queda retenido. Además hay una consecuencia mucho más grave: Bajo el hielo ártico existen grandes cantidades de metano, que es el gas que, más que los otros, provoca el calentamiento. Agravando este gran peligro, los grandes calentadores, que son las compañías petroleras, se manifiestan felices del deshielo del Ártico, pues eso les facilita la extracción de petróleo, con lo que, por supuesto, provocarán mayor escape de metano a la atmósfera y por lo tanto más calentamiento; pero esto no les interesa, aumentar sus caudales es más importante que la supervivencia de la especie.
Esa voracidad criminal no la vemos solamente ahí, se manifiesta de tiempo en tiempo en las reuniones sobre el cambio climático organizadas por la ONU y dominadas por los gobiernos sirvientes de los grandes calentadores. En esas reuniones no acuerdan bajar las emisiones de gases de invernadero, sino discuten cómo hacer negocios con el calentamiento. Una muestra la tuvimos hace poco en la reunión de Varsovia, en la que, más que en las anteriores, se vio la imposición del gran capital. También vemos como este gravísimo tema es minimizado por los grandes medios de comunicación, que son instrumentos y voceros del gran capital.
Este año, 2014, la reunión mundial sobre calentamiento global se realizará en Lima, Perú.
¿Alguien cree que Ollanta Humala, el parlamento, los grandes medios de comunicación o la “clase política” dirán la verdad?
Desgraciadamente todos ellos prefieren arrodillarse sumisamente ante la voracidad de ganancias de sus amos, que denunciar la extinción de la especie a la que el gran capital conduce.
Llamamos a la población a que manifieste su respeto a la naturaleza y su repudio a los criminales ultragenocidasy sus sirvientes.
Esperamos que la humanidad alcance a arrebatar el poder de manos del gran capital y se gobierne colectivamente a sí misma, cuidando amorosamente a la Madre Naturaleza, conservando e impulsando, por supuesto, los adelantos positivos de la civilización que no dañen a la naturaleza.
Es la única alternativa a la pronta extinción de la especie humana, el Homo Sapiens.
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