Los islamistas podrían reclutar a estadounidenses en Siria para atacar EE.UU.

Grupos extremistas sirios vinculados con Al Qaeda tratan de identificar, reclutar y entrenar a estadounidenses y a personas procedentes de otros países occidentales en Siria para conseguir que lleven a cabo ataques cuando regresan a sus países.

Según publicó el periódico 'The New York Times' citando a varios altos cargos estadounidenses de inteligencia y contraterrorismo, estas actividades, que todavía están en sus primeras etapas, son el desafío más reciente creado por el conflicto en Siria tanto para Europa como para EE.UU.

La guerra civil se ha convertido en un imán para los occidentales que buscan luchar junto con los insurgentes contra las fuerzas del presidente Bashar al Assad. Desde el inicio del conflicto, al menos 70 estadounidenses han viajado al país árabe o lo han intentado.

El director del FBI, James B. Comey, dijo el jueves que la vigilancia de ciudadanos estadounidenses que han regresado a su país desde Siria se ha convertido en una de sus mayores prioridades en cuestiones de contraterrorismo. "Es un asunto en el que nos centramos con mucha atención", aseguró Comey.
 

Ante la amenaza que potencialmente representan los ciudadanos de EE.UU. procedentes de Siria -ya que podrían haber recibido una amplia formación y adoctrinamiento yihadista-, el FBI está llevando a cabo costosas operaciones de vigilancia las 24 horas del día sobre este pequeño número de individuos, según indicaron altos cargos a 'The New York Times' bajo condición de mantenerse en el anonimato.

"Sabemos que Al Qaeda está utilizando Siria para identificar a las personas a las que puedan reclutar y proporcionar adoctrinamiento adicional para radicalizarles aún más y convertirlas en futuros soldados, posiblemente en EE.UU.", dijo al diario estadounidense un alto cargo de contraterrorismo.

En Europa, donde el número de personas que se desplazan a Siria es más elevado, las autoridades comparten la misma preocupación y están colaborando estrechamente con sus colegas estadounidenses para coordinar las medidas para frenar este flujo y reforzar la vigilancia de los que regresan. Los analistas estiman que al menos 1.200 musulmanes europeos han viajado al país árabe desde el inicio de la guerra civil.

La mayoría de los estadounidenses que viajaron a Siria todavía están allí, aunque algunos de ellos murieron en el campo de batalla. Los altos cargos de EE.UU. señalan que sus preocupaciones acerca de la contratación y la formación de estadounidenses por parte de grupos islamistas tienen fundamento en datos de inteligencia obtenidos del registro de los desplazamientos de los viajeros, fuentes humanas sobre el terreno en Siria, comunicaciones electrónicas interceptadas, publicaciones en redes sociales, así como de la vigilancia de estadounidenses residentes en el extranjero que expresan su interés en viajar a Siria. 

Las autoridades también intentan identificar a estadounidenses que se desplazan al país árabe utilizando datos de viaje proporcionados por la Unión Europea al Departamento de Seguridad Nacional de EE.UU como parte del acuerdo de 2011.

Mientras que el objetivo principal de los grupos radicales con vínculos con Al Qaeda, el Frente al Nusra y el Estado Islámico de Irak y el Levante, sigue siendo el derrocamiento del Gobierno de Al Assad, esos grupos, según afirman fuentes de los círculos de inteligencia estadounidense, ya han ganado "suficiente espacio e influencia" para comenzar a construir un aparato para realizar ataques fuera de Siria.

Dichos intentos de los yihadistas de 'penetrar' en EE.UU. sugieren que todavía no han dejado de perseguir su meta más elevada y difícil, destinada a llevar a cabo un ataque en el suelo estadounidense.


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