Según el presidente de EE.UU., Barack Obama, Rusia es una de las principales amenazas actuales para el mundo. ¿Cómo y cuándo reforzó Washington la retórica de la Guerra Fría?
De una relación de socios a una retórica de la Guerra Fría. Así ha cambiado la actitud de Washington hacia Moscú. Pero, ¿cómo se ha producido este cambio?
Después de los atentados terroristas que sacudieron a EE.UU. el 11 de septiembre de 2001, el presidente ruso, Vladímir Putin, fue uno de los primeros mandatarios en ponerse en contacto con el entonces inquilino de la Casa Blanca George W. Bush.
"Quiero decirles que estamos con ustedes, compartimos y sentimos íntegramente su dolor. Los apoyamos", afirmó entonces Putin.
Rusia no solo compartió el dolor del pueblo estadounidense, sino que también proporcionó datos de inteligencia y corredores aéreos para operaciones humanitarias en Afganistán. Sin embargo, desde entonces EE.UU. ha tomado decisiones cada vez menos comprensibles para Moscú.
En marzo de 2003, completamente al margen del Consejo de Seguridad de la ONU, el Gobierno estadounidense emprendió la intervención militar en Irak, que dejó decenas de miles de muertos.
En 2004 se ponía en marcha la quinta ampliación de la OTAN hacia el este de Europa.
"El proceso de expansión de la OTAN no tiene nada que ver con la modernización de la propia organización o con garantías de seguridad en Europa. Todo lo contrario. Se trata de un factor provocador muy serio que disminuye el nivel de confianza mutua. Nosotros tenemos el justo derecho a preguntar abiertamente: ¿Contra quién es esta expansión?", se cuestionó Putin en un famoso discurso ofrecido hace ya siete años.
Más adelante, con la creación del proyecto estadounidense de escudo antimisiles en Europa la tensión en el viejo continente aumentó.
Hace más de tres años, EE.UU. lanzó numerosos ataques aéreos en Libia hasta derrocar a Muammar Gaddafi. Ese mismo año comenzó el conflicto sirio y Obama estaba dispuesto a bombardear al país, pero Rusia surgió como mediador, ofreciendo un detallado plan para la destrucción de las armas químicas con la ayuda de la comunidad internacional.
La tensión entre las dos naciones alcanzó su punto álgido durante el conflicto en Ucrania. La política de Washington derivó en una retórica antirrusa, acompañada de numerosas visitas de altos cargos norteamericanos a Kiev. Más adelante, llegaron las sanciones y recientemente la Cámara de Representantes aprobaba una nueva resolución contra Rusia.
No obstante, incluso dentro de EE.UU. hay quienes califican de cómica esta medida. Estas voces afirman que la resolución denuncia la supuesta propaganda rusa, pero que en realidad es Washington el que la ejerce.
Después de los atentados terroristas que sacudieron a EE.UU. el 11 de septiembre de 2001, el presidente ruso, Vladímir Putin, fue uno de los primeros mandatarios en ponerse en contacto con el entonces inquilino de la Casa Blanca George W. Bush.
"Quiero decirles que estamos con ustedes, compartimos y sentimos íntegramente su dolor. Los apoyamos", afirmó entonces Putin.
Rusia no solo compartió el dolor del pueblo estadounidense, sino que también proporcionó datos de inteligencia y corredores aéreos para operaciones humanitarias en Afganistán. Sin embargo, desde entonces EE.UU. ha tomado decisiones cada vez menos comprensibles para Moscú.
En marzo de 2003, completamente al margen del Consejo de Seguridad de la ONU, el Gobierno estadounidense emprendió la intervención militar en Irak, que dejó decenas de miles de muertos.
En 2004 se ponía en marcha la quinta ampliación de la OTAN hacia el este de Europa.
"El proceso de expansión de la OTAN no tiene nada que ver con la modernización de la propia organización o con garantías de seguridad en Europa. Todo lo contrario. Se trata de un factor provocador muy serio que disminuye el nivel de confianza mutua. Nosotros tenemos el justo derecho a preguntar abiertamente: ¿Contra quién es esta expansión?", se cuestionó Putin en un famoso discurso ofrecido hace ya siete años.
Más adelante, con la creación del proyecto estadounidense de escudo antimisiles en Europa la tensión en el viejo continente aumentó.
Hace más de tres años, EE.UU. lanzó numerosos ataques aéreos en Libia hasta derrocar a Muammar Gaddafi. Ese mismo año comenzó el conflicto sirio y Obama estaba dispuesto a bombardear al país, pero Rusia surgió como mediador, ofreciendo un detallado plan para la destrucción de las armas químicas con la ayuda de la comunidad internacional.
La tensión entre las dos naciones alcanzó su punto álgido durante el conflicto en Ucrania. La política de Washington derivó en una retórica antirrusa, acompañada de numerosas visitas de altos cargos norteamericanos a Kiev. Más adelante, llegaron las sanciones y recientemente la Cámara de Representantes aprobaba una nueva resolución contra Rusia.
No obstante, incluso dentro de EE.UU. hay quienes califican de cómica esta medida. Estas voces afirman que la resolución denuncia la supuesta propaganda rusa, pero que en realidad es Washington el que la ejerce.
Texto completo en: http://actualidad.rt.com/actualidad/view/150017-eeuu-rusia-putin-obama-amenaza
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