Hay un extraño silencio en las actuales elecciones británicas. Los tres partidos principales han guardado silencio en lo referente a la política exterior británica, y este silencio, teniendo en cuenta lo que está pasando en el mundo, es extraño, muy extraño.
Después de todo, en Irak, aviones de combate británicos están llevando a cabo ataques aéreos contra los terroristas de EIIL (Daesh, en árabe) y aunque estos ataques han sido escasos y han demostrado ser bastante ineficaces, los políticos británicos y los medios de comunicación estaban advirtiendo del peligro de cambio de postura militar del Reino Unido a tan poco tiempo de la campaña electoral. Esta fue la respuesta exacta que dio el primer ministro, David Cameron la semana pasada al ser preguntado sobre lo que le mantenía despierto por las noches.
El Reino Unido, ha unido a los Estados Unidos y países europeos en la imposición de sanciones a Rusia tras la anexión de Crimea a este país y la supuesta participación de Moscú en la guerra en el este de Ucrania. Los medios de comunicación sensacionalistas británicos optaron por comparar al presidente de Rusia, Vladimir Putin, con Hitler y advertir que aviones y buques de de guerra rusos amenazaban nuestras fronteras.
La alta cifra de muertes de inmigrantes que se ahogaron últimamente en el Mediterráneo en su viaje para encontrar seguridad y oportunidad en Europa, pone de relieve la inestabilidad que deben haber vivido en Libia para estar dispuestos a subir a bordo de estos barcos-ataúdes para viajar.
La alta cifra de muertes de inmigrantes que se ahogaron últimamente en el Mediterráneo en su viaje para encontrar seguridad y oportunidad en Europa, pone de relieve la inestabilidad que deben haber vivido en Libia para estar dispuestos a subir a bordo de estos barcos-ataúdes para viajar.
Este es un país que se está cayendo a pedazos y donde EIIL ha establecido una base poderosa. Por otro lado, entre los ahogados, se ve muchos refugiados por la guerra de Siria y muchos otros que huyen de la represión en Eritrea. Aunque en un principio estas cifras provocaron debates en la campaña electoral, rápidamente fueron conducidos a un terreno menos peligroso; el de la postura de cada partido sobre la inmigración al Reino Unido.
EIIL y Al-Qaeda también se han desplegado por Yemen, donde los saudíes están llevando a cabo ataques aéreos para tratar de detener a los hutíes. Otra crisis, parecida a las de Irak y Siria, se está desarrollando allí, lo que significa que pronto, más personas se arriesgarán a cruzar el Mediterráneo hacia Europa en barcos destartalados.
Teniendo en cuenta todo esto, uno espera que los líderes políticos británicos por lo menos intenten ofrecer soluciones a la crisis actual y otros problemas del mundo. Pero no ... simplemente todos han guardado silencio.
Hay que buscar la razón de este embarazoso silencio en sus propios decisiones tomados en el pasado en los asuntos internacionales.
El principal partido de la oposición, el partido laborista, es responsable por el hecho de que en el año 2003, su entonces líder, y el primer ministro británico, Tony Blair, fue uno de los principales pilares de la invasión a Irak, una invasión que resultó ser un desastre y es la raíz del caos que se ha expandido por todo Irak y gran parte de la región.
El actual líder laborista Ed Miliband, debe haber respirado con alivio al entrarse de que el resultado de la Investigación Chilcot sobre la guerra de Irak no será revelado este año porque es casi seguros que la investigación pone bajo serias dudas las razones del gobierno británico para involucrarse en la guerra de Irak.
Por otro lado, ninguno de los dos partidos que forman la coalición de gobierno que ha estado al cargo del país desde 2010, los conservadores y los liberal demócratas, quiere hablar de política exterior, ya que sus erróneas decisiones en el pasado, han reducido visiblemente el poder del Reino Unido en el escenario mundial.
En 2011, el primer ministro británico, David Cameron, y el presidente francés, Nicolás Sarkozy, tomaron la iniciativa de lanzar ataques aéreos contra Libia, con el fin de derrocar a Muamar Gadafi en el país del norteafricano. Emitieron la orden después de que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas(CSNU) votara a favor de crear una "zona de exclusión aérea" sobre Libia para proteger los civiles. Tanto Rusia como China que habían votado a favor de la formación de esta zona, se enfurecieron cuando Cameron y Sarkozy dieron la luz verde para una campaña de bombardeos que Ed Miliband apoyaba.
Posiblemente, bajo la sombra del fracaso en Irak, los jefes militares británicos advirtieron sobre las consecuencias de esta campaña de bombardeo sin tener un plan para reconstruir Libia, algo que ciertamente no existía, pero Cameron desatendió sus advertencias. El resultado, salta a la vista ahora mientras el país se sumerge cada vez más en el caos y EIIL advierte utilizar este territorio como base para atacar a Europa.
Cameron, por supuesto, sufrió una derrota sin precedentes hace dos años, cuando los miembros del parlamento británico votaron contra su plan de ataque aéreo a Siria. Ellos entendieron mejor que él que después de Irak, no había interés alguno en el país por más aventuras militares.
Aparte de Rusia y Ucrania, el Gobierno de Cameron se quedó marginado por la canciller alemana, Angela Merkel y el presidente francés François Hollande, cuando ellos intentaron reunir a los presidentes de Rusia y Ucrania para lograr un acuerdo de paz.
En cuanto a Yemen, cuando en marzo de este año, el ministro de Asuntos Exteriores de Arabia Saudí advirtió en Riad que su país tomaría acciones militares para detener a los hutíes, a su lado estaba su homólogo británico, que parecía orgulloso de que las armas vendidas por su país a su aliado saudí serían utilizados en los ataques aéreos. Desde entonces, a pesar de la increíble cifra de las bajas civiles, Londres ha permanecido al lado de los saudíes y el comercio de armas entre los dos estados ha seguido su curso ininterrumpidamente.
cuando en marzo de 2015, el ministro de Asuntos Exteriores de Arabia Saudí advirtió en Riad que su país tomaría acciones militares para detener a los hutíes, a su lado estaba su homólogo británico, que parecía orgulloso de que las armas vendidas por su país a su aliado saudí serían utilizados en los ataques aéreos.
La horrorosa imagen de los cadáveres de los migrantes flotando en las aguas del Mediterráneo ha llevado a los políticos británicos a hacer declaraciones para expresar su dolor. Sin embargo, el Reino Unido fue uno de los estados de la Unión Europea que se negaron financiar la operación de búsqueda y rescate de Italia, Mare Nostrum, que a pesar de salvar miles de vidas, tuvo que suspenderse por falta de fondos.
Bajo presión, la Unión Europea puso en marcha una operación mucho más reducida que Mare Nostrum. Para defender la postura del Reino Unido al respecto, la viceministra de Asuntos Exteriores ,Joyce Anne Anelay, dijo en otoño de 2014, "Nosotros no apoyamos las operaciones de búsqueda y rescate previstas en el Mediterráneo. Creemos que de forma no intencionada, estas operaciones crean un "efecto alentador" para que más migrantes intenten cruzar el mar peligroso y causa más muertes trágicas e innecesarias".
Sin embargo, ella fue un ejemplo de silencio cuando 850 inmigrantes se ahogaron frente a la isla italiana de Lampedusa. Ahora, el Reino Unido está enviando un buque de guerra a la zona y dice que la prioridad es destruir los barcos de las personas implicadas en tráfico humano de los libios. Eso tiene prioridad sobre tratar con el problema de los montones de refugiados en todo el Oriente Medio y gran parte de África o sobre el esfuerzo para restablecer la estabilidad en Libia.
Podría mencionar más ejemplos de este vergonzoso comportamiento en lo que se refiere a las posturas adoptadas por las autoridades inglesas bajo el foco de estas elecciones. Al principio de la campaña, Tony Blair, salió a expresar su apoyo a Ed Miliband, pero fue rápidamente eliminado del escenario. No sólo su cara recuerda a todos nosotros la invasión a Irak, sino alguien podría haber mencionado que él sigue siendo enviado de paz de los EE.UU. y la Unión Europea en el Oriente Medio; una extraña elección y un trabajo en el que recibe mucho dinero por no lograr nada. El Gobierno de Cameron defendió el ataque israelí del año pasado contra Gaza.
En resumen, es una lista de los hechos vergonzosos. Por eso, como líderes políticos británicos viajan por todo el país en la campaña electoral, se mantienen en silencio sobre la política exterior británica. Hay, literalmente, demasiados cuerpos enterrados allí, así que es mejor mirar al otro lado.
Escrito por: Chris Bambery
ymc
Chris Bambery es uno de los líderes del International Socialist Group en Escocia. El activista político escocés y comentarista, es el autor de varios libros, entre ellos A People’s History of Scotland and The Second World War: A Marxist History.
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