Los islamistas torturan, mutilan y decapitan a niños. También los abandonan en el desierto sin agua o, como a sus mayores, los crucifican.
En los últimos días se ha conocido que los terroristas del ISIS, tras caer sobre la ciudad de Qaraqosh, atormentaron y seccionaron en dos mitades a un niño de siete años perteneciente a una congregación anglicana. El suceso ha sido denunciado por Andrew White, el pastor que bautizó en Bagdad al pequeño.
Sucesos como el relatado se prodigan en el Irak bajo control del ISIS. Por ejemplo, se sabe que las cabezas de niños cristianos decapitados han aparecido clavadas en estacas en alguna plaza; también hay constancia de otros menores que han sido abandonados en el desierto sin agua ni alimentos para que su agonía sea lenta y dolorosa, tanto como la de los niños yizidíes enterrados vivos junto con sus madres.
En la imagen aparecen unos niños cristianos, ya muertos, encontrados por resistentes kurdos.
La crucifixión es uno de los métodos utilizados por los islamistas para castigar a los cristianos que no han huido o, simplemente, se han negado a convertirse al islam, según asegura Catholic Online en su web, aunque degollar a los infieles sigue siendo el método de exterminio más común.
En la fotografía aparece una mujer cristiana desnuda y maniatada. Un individuo la degüella y otro recoge su sangre en un barreño.
Los miles de cristianos y yizidíes que abandonan sus hogares por miedo a las degollinas han buscado refugio en las montañas, donde, aterrados, mueren de inanición. Pronto ya no quedarán cristianos en Irak ni en Siria, pero seguiremos por muchos años escuchando el mismo mantra extenuante: el terrible sufrimiento del pueblo palestino.
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