Washington ha concedido un premio por la defensa de los derechos humanos a un ciudadano de Kirguistán que fue detenido por instigar enfrentamientos étnicos en su país. Es un ejemplo más de la estrategia de dominio global de EE.UU., sostiene el analista político Srdja Trifkovic.
El contexto del acto realizado por Estados Unidos es muy claro, según Srdja Trifkovic. Tan solo hace diez días que Kirguistán se convirtió oficialmente en miembro de la Unión Económica Euroasiática (UEE), creada por Rusia, Kazajistán y Bielorrusia, lo que, obviamente, provocó el descontento del Departamento de Estado de EE.UU. Además, un año antes el Parlamento de Kirguistán interrumpió el acuerdo con Washington para utilizar la base aérea de Manás, lo que significó una pérdida de un activo geoestratégico y "una molestia más". "Es curioso que Estados Unidos no considerara tan notable este 'caso de la defensa de los derechos humanos', como lo llaman, mientras estaba en posesión del aeropuerto de Manás", dice el experto en una entrevista para RT.
Kirguistán es un país interior de Asia Central, un área, donde Rusia, China y, en menor medida, la India, tienen intereses vitales, pero no los EE.UU. Sin embargo, no hay país en el mundo que no sea importante para los estadounidenses hoy en día.
"Siempre es lo mismo: cada vez que las relaciones entre EE.UU. y un determinado país se deterioran debido a que el país ya no está dispuesto a ser un aliado activo de EE.UU., aparecen activistas de derechos humanos, en este caso particular, lo más probable, culpables de crímenes graves", concluye Trifkovic.
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