
La sospecha manifestada por las fuerzas de seguridad de
Ucrania de que detrás de las protestas antigubernamentales que sacuden el país
pueda estar EE.UU. no parece injustificada, sostiene el analista Patrick
Buchanan.
La subsecretaria de Estado de EE.UU., Victoria Nuland, llegará
a Kiev este 6 de febrero para realizar una visita de dos días. Adelanta que
tiene programado reunirse con las autoridades del país y con los líderes de la
oposición. Será su segunda aparición en medio de los disturbios que sacuden el
Estado: la anterior tuvo lugar en diciembre, cuando se presentó en un
campamento de manifestantes para repartir comida.
"Pese a nuestra interminable verborrea sobre la
democracia, parece que los estadounidenses somos capaces de renunciar a nuestra
devoción por los principios democráticos cuando estos suponen un estorbo para
nuestro Nuevo Orden Mundial", sostiene Buchanan en su columna de 'The
American Conservative' y compara lo que está pasando ahora en Ucrania con los
acontecimientos que tuvieron lugar en Egipto.
En su momento
Washington apoyó el movimiento popular contra el presidente Hosni Mubarak y
aplaudió las elecciones democráticas en las que triunfó Mohamed Morsi, el
candidato que representaba los intereses del grupo radical Hermanos Musulmanes.
Después de que el Ejército egipcio derrocara y arrestara a Morsi un año más
tarde, el secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, calificó el golpe de paso
para "restaurar la democracia", destaca Buchanan. "Ahora le
llega el turno a Ucrania", puntualiza.
Según subraya Buchanan,
el actual presidente del país, Víktor Yanukóvich, fue elegido en los comicios
de 2010, que los observadores internacionales consideraron unas elecciones
"libres y sinceras". Sin embargo, desde noviembre los manifestantes
ocupan el centro de Kiev, se enfrentan a la Policía y piden la renuncia del
presidente. ¿Qué hizo Yanukóvich para merecer la rabia popular? Prefirió a
Rusia, un país con el que Ucrania tiene desde hace siglos vínculos étnicos,
culturales e históricos, antes que a la Unión Europea, resume el analista.
En respuesta a la
protesta, Yanukóvich disolvió el Gobierno, ofreció los puestos de primer
ministro y viceprimer ministro a los líderes de la oposición y revocó las leyes
de represalia contra los manifestantes aprobadas recientemente. Sin embargo,
los manifestantes continúan presionando. Los políticos occidentales contribuyen
a esta presión.
"Las fuerzas de
seguridad de Ucrania que interrogaron a los alborotadores detenidos durante las
protestas creen que detrás de los acontecimientos actuales están los
estadounidenses. Teniendo en cuenta el papel clandestino de la Fundación
Nacional para la Democracia de EE.UU. en las revoluciones codificadas por
colores de hace una década en Europa central y oriental, esta sospecha no
parece injustificada", comenta Buchanan.
"Actualmente en ningún lugar se libra una lucha más
importante para el futuro democrático europeo que en Ucrania. Estamos con el
pueblo de Ucrania", aseguró Kerry en los espacios de la Conferencia de
Seguridad de Múnich. "Pero, ¿a qué pueblo? ¿A los ucranianos que eligieron
a Yanukóvich y siguen apoyándolo? ¿O a las multitudes de la plaza Maidán que
quieren que Yanukóvich se vaya y que no van a abandonar sus campamentos
fortificados hasta que lo haga? (…) Kerry nos está poniendo al lado de las
muchedumbres que quieren derrocar al presidente, forzar elecciones y tomar el
poder", acentúa Buchanan. "Parece que EE.UU. actualmente colabora con
Europa para lograr esterilizar o derrocar este Gobierno elegido
democráticamente. ¿Son ahora los golpes militares como el de El Cairo o los
levantamientos populares como el de Kiev armas legítimas en el arsenal de la
democracia?", insiste.
Texto completo en:
http://actualidad.rt.com/actualidad/view/119132-golpe-militar-arma-democracia-eeuu-ucrania
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