viernes, 6 de marzo de 2015

¿Una nueva política estadounidense en Oriente Medio? El mundo está pendiente de la conclusión de un acuerdo global entre Washington y Teherán –bajo el ridículo pretexto de poner fin a un programa atómico militar que no existe desde 1988,

Las posibles opciones estadounidenses
En Washington se discuten actualmente 6 opciones:
- Acabar con el Emirato Islámico y destruir Siria después. Es el punto de vista de Raytheon, primer productor mundial de misiles, punto de vista que defiende el cabildero de esa compañía, Stephen Hadley, ex consejero de seguridad nacional de George W. Bush. Un punto de vista que no vaya más allá de hacer la guerra por hacer la guerra, sin preocuparse por los intereses nacionales. Ningún responsable político apoya ese punto de vista extremista, reflejado en los medios de prensa únicamente para inclinar la balanza en el sentido de la guerra más amplia posible.
- Apoyarse en el Emirato Islámico para destruir Siria, siguiendo el modelo de las alianzas establecidas durante la guerra de Vietnam. Es el punto de visa del presidente de la Comisión senatorial para las fuerzas armadas, John McCain, quien prefiere olvidar la caída de Saigón, en 1975. Resultaría extremadamente costoso –unos 20 000 o 30 000 millones de dólares anuales durante un gran periodo de años– además de arriesgado e impopular. Provocaría de inmediato una intervención directa de Irán y de Rusia y el conflicto tomaría una dimensión mundial. Nadie, ni siquiera el propio John McCain, es capaz de explicar por qué EEUU tendría que emprender una operación de ese tipo, en la que el único beneficiado sería Israel.
- Debilitar al Emirato Islámico y posteriormente destruirlo coordinando bombardeos aéreos estadounidenses con el uso de tropas aliadas en tierra, incluyendo grupos de la «oposición siria moderada» – que ya no existe. Y después utilizar esos grupos de oposición (?) únicamente para mantener la presión sobre Siria. Esa es la posición contraterrorista actual de la administración Obama, con un presupuesto de unos 4 000 o 9 000 millones de dólares al año. Sin embargo, aun suponiendo que se llegase a crear una «oposición siria moderada», resulta imposible imaginar de qué manera la US Air Force lograría acabar con el Emirato Islámico cuando ya fue incapaz de destruir a los talibanes en Afganistán en 13 años de guerra contra ellos, sin entrar a mencionar aquí lo sucedido durante la intervención militar de EEUU en Somalia o el actual estancamiento de las tropas de Francia en Mali.

- Contener al Emirato Islámico y después debilitarlo paulatinamente hasta reducirlo a un tamaño aceptable. En esa opción la prioridad sería proteger Irak y los combates importantes se desplazarían hacia Siria.
- La opción del asedio. El objetivo ya no sería combatir al Emirato Islámico sino aislarlo para evitar su propagación. Las poblaciones que se hallan bajo su control se verían abandonadas a su suerte. Es la opción más económica… pero es también la menos honorable. Es la opción que defiende Kenneth Pollack.
Conclusión
Los factores anteriormente mencionados permiten prever lo que va a suceder:
Dentro de unos meses, quizás incluso hacia finales de marzo, Washington y Teherán llegarán a un acuerdo global. EEUU reanudará los contactos con Siria, seguido de cerca por los Estados de Europa, incluyendo a Francia. Se descubrirá entonces que el presidente al-Assad no es un dictador, ni tampoco un torturador. Y a partir de ese momento comenzará el fin de la guerra contra Siria mientras que una verdadera coalición internacional se dedicará a reducir la envergadura de las fuerzas yihadistas. Y cuando acabe todo, la CIA se encargará de enviar los yihadistas sobrevivientes al Cáucaso ruso o la región china de Xinjiang.    
ALMANAR.COM.LB

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