jueves, 13 de enero de 2011

Lluvias dejan al menos 442 muertos al sur de Brasil. Cambio Climático a la vista




Las autoridades brasileñas reportaron este jueves al menos 442 muertos por las inundaciones y deslaves causados por las lluvias al norte de Río de Janerio (sureste). El meteoro es catalogado como uno de los peores desastres naturales que han castigado a este país. Varios municipios de esa región, a 100 kilómetros de la capital Río, sufrieron masivos deslizamientos de tierra y ríos desbordados que se llevaron consigo a personas, casas, árboles y todo lo que encontraron por delante.


La presidenta, Dilma Rousseff, sobrevoló el área devastada y recorrió a pie varias calles de Nova Friburgo, una de las localidades más castigadas por la tragedia, donde prometió "acciones firmes de Gobierno". "Es un momento muy dramático. Las escenas son muy fuertes", dijo Rousseff.

"La previsión pluviométrica no es tranquilizadora", declaró el gobernador de Río de Janeiro, Sergio Cabral, quien dio este jueves una rueda de prensa junto a la presidenta del país.

En Nova Friburgo, una ciudad industrial y agrícola al norte de Rio de Janeiro, al menos 201 personas murieron, según reportes de los servicios municipales. Esta ciudad se encuentra inundada e incomunicada.

En la localidad turística de Teresópolis, a unos 100 kilómetros al norte de Río, 185 personas más murieron por las fuertes lluvias y, en la vecina Petrópolis, se informó de 39 víctimas fatales. En Sumidouro murieron 17 personas, según reportaron las autoridades.

Entre las víctimas hay "muchos niños y también ancianos" que son los que más difícilmente podían protegerse cuando las trombas de agua y lodo se llevaron las casas por delante, dijo el alcalde de Teresópolis, Jorge Mario Selacek.

"Esas avalanchas arrastran una masa muy pesada -de tierra, agua y piedras-, con una gran velocidad, que se traduce en una capacidad de arrastre muy grande", narró  el coordinador del laboratorio de Hidrología de la Universidad Federal de Rio de Janeiro, Paulo Canedo, para explicar la devastación.

El Gobierno aprobó un presupuesto de 780 millones de reales (más de 450 millones de dólares) para atender el desastre.

La tragedia es una de las peores de la historia de Brasil. En 1967, cerca de 300 personas fallecieron en el balneario de Caraguatatuba, en Sao Paulo, informó el diario O Estado de Sao Paulo. En 1988 Petrópolis había vivido una tragedia parecida, cuando 134 personas murieron por deslizamientos

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