Mohamed Abd El Ghany / Reuters
El atentado a bordo del avión ruso A321 siniestrado en la península del Sinaí el 31 de octubre puede ser una venganza por la lucha de Rusia contra el Estado Islámico, pero la no actuación en la lucha contra los terroristas podría causar consecuencias todavía más graves, ha anunciado el director del departamento del Ministerio ruso de Asuntos Exteriores para Nuevos Retos y Amenazas, Iliá Rogachov.
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"Posiblemente sea una venganza por nuestra participación en la lucha contra el Estado Islámico en Siria. Pero no dudo de que si no se toma ninguna medida, la amenaza terrorista alcanzará una escala aún más grave para nosotros", ha expresado Iliá Rogachov, director del departamento del Ministerio ruso de Asuntos Exteriores para Nuevos Retos y Amenazas, en una entrevista para el periódico ruso 'Kommersant'.
"¿Vamos a esperar que los del EI nos golpeen a la puerta en sentido literal?", ha preguntado Rogachov. "Estoy convencido de que solamente hay una respuesta correcta, que consiste en esfuerzos aún más decisivos en la lucha contra el terror. Es necesario extirpar este tumor que hasta el momento se ha extendido 'únicamente' a la mitad de Siria y casi a la mitad de Irak", ha enfatizado el funcionario.
El hecho de que el accidente del avión A321, que causó la muerte de 224 personas, fue producto de un atentado terrorista fue anunciado el pasado 17 de noviembre. La tragedia tuvo lugar un mes después del inicio del operativo antiterrorista de la Fuerza Aérea de Rusia en Siria, que comenzó el 30 de septiembre a petición del presidente Bashar Al Assad. Durante este período, se han realizado unos 1.800 vuelos de combate que han destruido unos 2.700 objetivos terroristas
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