Un exsoldado británico que abandonó su país para unirse a los combatientes kurdos que luchan contra el Estado islámico habla sobre sus experiencias, alegando que la mayoría de los combatientes combaten sin un liderazgo claro y bajo el efecto de las drogas.
Jamie Read es uno de los exsoldados británicos que se unió a la Peshmerga en noviembre del año pasado. Tras volver a casa en diciembre dijo que planeaba reincorporarse a la lucha a pesar de las amenazas de muerte que recibió del Estado Islámico. La semana pasada, durante su discurso en un evento organizado por una empresa británica de seguridad privada, dijo que el EI no esta nada estructurado ni organizado, escribe 'Daily Mail'.
Read dijo que los combatientes del Estado Islámico se parecen a trabajadores de oficina o aldeanos a quienes dieron directrices y ordenaron que las sigan. "Ellos no tienen otra opción, no tienen ninguna información, ni tampoco un liderazgo claro. Muchos de ellos están muy involucrados en el consumo de drogas porque están aterrorizados", añadió.
El exsoldado dijo que la recompensa de 384.000 de dólares por su cabeza anunciada por el Estado Islámico no le va a impedir que regrese para luchar. "Después de los atentados de París tenía guardias de la policía alrededor de mi casa. La policía estaba segura de que era mi turno", comentó Read.
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