La sequía, las inundaciones y la escasez de agua fresca podrían causar inestabilidad mundial y conflictos significativos en las próximas décadas, a medida que las naciones en desarrollo se extremen por satisfacer la demanda de sus poblaciones crecientes mientras lidian con los efectos del cambio climático, dice un informe de agencias de inteligencia estadounidenses.
Una evaluación que refleja el consenso de agencias federales de inteligencia dice que el riesgo de que los conflictos por el agua causen guerras en los próximos diez años es mínimo, aunque sí provocarán tensiones entre los países y amenazarán perturbar los mercados alimentarios nacionales y mundiales.
Pero después del 2022, dice que se tornará más probable el uso del agua como arma de guerra o herramienta de terrorismo, particularmente en el sur del Asia, el Oriente Medio y el norte del Africa.
El informe se basa en un Cálculo Nacional de Inteligencia, de carácter secreto, sobre seguridad del agua. Dice que las inundaciones, la escasez y poca calidad del agua, combinadas con la pobreza, la tensión social, un liderazgo mediocre y gobiernos débiles contribuirán a la inestabilidad que podría causar el fracaso de numerosos estados.
Esos elementos “probablemente aumentarán el riesgo de inestabilidad y fracasos estatales, exacerbarán las tensiones regionales, y distraerán a las naciones de cooperar con Estados Unidos en importantes objetivos políticos”, dijo el informe.
El informe observa que varias naciones en el pasado trataron de resolver los problemas del agua por medio de negociaciones, pero agregó que eso podría cambiar a medida que se agrave la escasez.
“Consideramos que a medida que se agudice la escasez de agua en los próximos diez años, el agua en cuencas compartidas se usará cada vez más como factor de influencia; el uso del agua como arma o para promover objetivos terroristas también será más probable más allá de los diez años”, afirma.
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