AFP / Kirill Kudryavtsev
Las únicas maneras de resolver la crisis actual entre Moscú y Occidente son la vía diplomática, la reanudación de los contactos de la OTAN con Rusia y el cese del provocador acercamiento de las fuerzas de la Alianza a las fronteras de Rusia, opina de la Universidad de Warwick (Reino Unido).
Occidente tendría que haber prestado atención a la opinión de Rusia hace ya cinco años, cuando el presidente Vladímir Putin habló de una Europa que alcanzara desde Dublín hasta Vladivostok. Actualmente ya se habla de una Eurasia desde San Petersburgo hasta Shanghái, escribe Christopher Read, profesor de historia europea de la Universidad de Warwick, en su artículo para 'The Conversation'.
En su análisis de las causas de las tensiones que han surgido entre Rusia y Occidente, el analista destaca varios puntos. En primer lugar, que donde últimamente se ha experimentado un cambio no es en Rusia, sino en Ucrania, un país que estará al borde de un colapso total si no muestra voluntad de reconciliación, cree Read.
En segundo lugar, cree que Moscú no puede permanecer de brazos cruzados cuando la población de habla rusa que vive en el espacio postsoviético está siendo objeto de discriminación e incluso ataques, opina el profesor. La idea de las nuevas autoridades ucranianas de prohibir el uso oficial de la lengua rusa inflamó la crisis, dice Read.
La solución del problema está en las negociaciones, la reactivación de los contactos entre la OTAN y Rusia y en el cese del "provocador despliegue sin sentido de las fuerzas de la OTAN en lugares como Estonia", asevera el analista.
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