miércoles, 10 de octubre de 2012

Villa Yacanto Córdoba. “Los vecinos no deben bajar los brazos”

carlos seara


Por ;http://www.periodicoelvalle.com.ar/eco/1347-seara-los-vecinos-no-deben-bajar-los-brazos.html

En un encuentro íntimo con Carlos Seara (FOTO), quien ofreció una disertación durante la primera pueblada organizada en Villa Yacanto en contra de la minería, el geólogo dio las razones por las cuales no es factible la llegada de una empresa megaminera a la zona, aunque advirtió sobre las posibilidades en el avance de la explotación de cuarzo.

“Los vecinos no deben bajar los brazos, tienen que dormir con un ojo abierto, porque a veces no sabemos cuáles son las intenciones reales que tienen algunas empresas, sobre todo aquéllas que quieren hacer pie en Córdoba, particularmente interesados en minerales nucleares”, señaló Seara en relación a la preocupación que, desde mediados del año pasado, mantiene en vilo a los pobladores de Villa Yacanto.

- ¿A ese tipo de explotación es a la que hay que temerle?

- No, no lo creo, las posibilidades de explotación en el Cerro Blanco remiten indudablemente al cuarzo. Es necesaria una buena exploración, pero se trataría de un yacimiento formidable en cuanto a la cantidad y también la calidad del mineral.

- ¿Y se trataría de minería a cielo abierto?

- Claro, la megaminería no es la única que se hace a cielo abierto, también se realiza de esta forma toda la explotación de canteras, porque si, por ejemplo, para sacar la piedra caliza se tuviera que hacer una galería subterránea, esto sería tan costoso que la bolsa de cal, en lugar de costar $30, costaría $3000.

- Lo mismo sucede con el cuarzo…

- Efectivamente. Las de cuarzo son canteras a cielo abierto, imposibles de hacer a través de galerías subterráneas.

- ¿Y qué tipo de contaminación generaría?



- En principio, contaminación visual, porque quedaría un hueco. Las famosas remediaciones de las cuales hablan las leyes de minería son de destacar, pero en esta minería a baja escala, en Córdoba, no se hace, sino que sólo se quedan en una reforestación. Cuando tal vez lo que convendría hacer son rellenos de socavones, por ejemplo. Por otro lado, siempre se cambia algo del paisaje, porque al cerro alguna cicatriz le queda. Si sacamos 5 mil toneladas de cuarzo, eso va a ser un faltante en la montaña que, posiblemente, podremos tapar con un conjunto de árboles.

- ¿Y qué riesgo corre el agua?

- En este aspecto, la cuestión se complica. Porque en esa explotación puede haber algunos minerales diseminados susceptibles de ser disueltos en el agua y contaminarla. Por supuesto, aquí no nos referimos ni al cuarzo, ni al feldespato, ni a la mica, que son los actores principales en este tipo de yacimientos. Por otro lado, también puede haber contaminación del aire como consecuencia de las explosiones y de las remociones que se hacen del terreno a partir de las voladuras, ya que en la actualidad sacar algo con pico y pala es imposible, así que se tienen que  utilizar explosivos.

- ¿El problema radica en la forma de explotación entonces?



- No, sino en el nivel de material a procesar. Ya sea con pico y pala como con las nuevas formas de explotación, siempre existe peligro de contaminación Pero si yo tengo que volar 340 mil toneladas por día –como lo hace la megaminería- no me puedo comparar nunca con aquéllos que están explotando 60 toneladas diariamente, número que para nuestra provincia no es poco.

- ¿Y qué sucedería con la permeabilidad del cerro?

- El nivel de explotación cada vez es más abajo, porque se considera que todo lo que está a merced de las variaciones de tipo climáticas está más deteriorado que lo que está por debajo. A medida que se va profundizando la labor, se obtendrá una mejor calidad de piedra, porque todo lo que se deteriora arriba se va concentrando abajo, ya sea al pie del cerro o directamente, por infiltración de agua, llevándolo a niveles inferiores. A su vez, las voladuras hacen que se rompan las piedras, generando nuevas grietas o abriendo aquéllas que estaban selladas, y permitiendo así que el agua vaya más abajo.

- ¿Y cuál podría se el resultado?

- O que los ríos tengan menos agua o que aparezca agua en lugares distantes e impensados, como por ejemplo en una quebrada que nunca tuvo agua. Cambia el circuito de la cuenca hídrica, lo cual es una complicación importante. Por eso se trata de que en zonas como la de Pampa de Achala, que es una reserva hídrica, no se contamine con este tipo de actividades.

- Esto indudablemente justifica la preocupación de los vecinos…

- Por supuesto. Además, en un pueblo turístico que lentamente va creciendo, es tremendo imaginarse un camión que pase por la puerta de la casa de los vecinos todos los días y estar pendientes de que no deje nunca de pasar el regador por el tierral que se va a levantar. Además, si bien las voladuras no serían diarias, las que se den se escucharían y, por otro lado, las vibraciones podrían partir las casas. Todo esto podría suceder tan sólo con la explotación de cuarzo.

El fantasma de la megaminería

“El recurso natural no permite una explotación de esa envergadura dentro de Córdoba”, señaló Carlos Seara, quien agregó además que “nuestra provincia tampoco interesa para la extracción de metales, ya que no hay una cantidad suficiente como para que alguna empresa pueda diagramar una explotación que le soporte durante 30 años sacar 340 mil toneladas cada día”. “Con una acción de ese tipo, desaparecerían completamente las Sierras de Córdoba y tendríamos un llano que iría hasta La Rioja”, ilustró el geólogo.

Para ampliar el concepto, Seara señaló que “la Ley Provincial 9526 permite cualquier tipo de actividad minera que no sea megaminería” y detalló: “En cualquier de las megamineras instaladas vuelan todo. Si tienen un cerro, no lo estudian, sino que lo vuelan. De toda esa voladura siempre sacan algo, y, en todos los casos, más de un metal, que es lo que buscan. La gran voladura que hacen les permite tener una ganancia interesante, cuyo costo se paga casi con exclusividad por uno solo de los metales, por lo general el oro, que es el que tiene valoración a la vista en los mercados internacionales. Y por el tipo de explotación que hacen, hay que hablar, en el caso de la Alumbrera por ejemplo, de 340 mil toneladas por día de material que procesan. Esto, a nivel de Córdoba, es una locura. En Córdoba, una cantera de piedra caliza en plena actividad, que es lo que más se produce aquí, puede estar procesando no más de 35 mil toneladas por mes”.

POSICIÓN TOMADA

Si bien un geólogo es aquel que se dedica a estudiar no sólo la forma exterior, sino sobre todo interior del globo terrestre, de la naturaleza de las materias que lo componen y de su formación, de los cambios o alteraciones que éstas han experimentado desde su origen, y de la colocación que tienen en su actual estado, Carlos Seara es una de las caras visibles al momento de repudiar el avance de la minería.

Al respecto, el mismo geólogo reconoció: “Yo no estoy en contra de las explotaciones en tanto y en cuanto eso no perjudique el ambiente, porque para mí es prioritaria la vida de una persona y no la economía de una empresa”.

Según él mismo lo señaló, su interés por la problemática ambiental surgió allá por los años ’70, cuando fue parte de la organización en Córdoba de “los primeros seminarios de ecología”. “Cuando nadie hablaba aún de ese tema, había una preocupación manifiesta de parte mía y de otras personas, como Raúl Montenegro por ejemplo, en cuanto a ver la forma de concientizar a la gente”, recordó, al tiempo que agregó: “En aquel tiempo era muy poco lo que había, pero con los años se fueron dando una serie de situaciones diferentes y, con la década del ‘90, llegó el paquete de leyes mineras. Inmediatamente después, la llegada de algunas mineras fueron muy celebradas porque prometían una realidad que incluso hoy no pueden cumplir”.

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