miércoles, 10 de julio de 2013

América Latina pierde 30% de biodiversidad en 20 años


Desde que en 1992 los países se reunieron para impulsar una agenda ambiental, hay un 30% menos de biodiversidad en nuestro el continente, aseguró ante un grupo de expertos la funcionaria de Naciones Unidas Margarita Astrálaga.
"¿Qué va a pasar con este negocio como lo estamos llevando?, se preguntó Astrálaga durante una conferencia magistral que inauguró la IX Convención Internacional sobre Medio Ambiente y Desarrollo en esta capital.
"La conclusión es que estamos llegando a un callejón sin salida", se respondió Astrálaga.
La bióloga colombiana, directora de la Oficina Regional para América Latina y el Caribe del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, hizo un balance muy duro del modelo de desarrollo y los patrones de consumo en América Latina.
Aunque ha habido algunas "buenas noticias" en estos años como resultado de políticas como la eliminación de la emisión de sustancias que agotan la capa de ozono, una mejora de acceso al agua o la suspensión del uso de combustibles con plomo, los desafíos todavía son enormes, dijo.
Debido al deterioro ambiental del planeta, indicó Astrálaga, desde 1970 las tormentas se han multiplicado por 12, las inundaciones por cuatro y la cantidad de personas afectadas por desastres naturales por 8, sobre todo entre los sectores más vulnerables de las poblaciones latinoamericanas.
Para el 2030, dado el crecimiento demográfico y la forma de vida, se necesitará consumir 45% más de energía y la temperatura global aumentará unos 8 grados centígrados, dijo la funcionaria, por lo que los países perderán entre 5% o 10% de su Producto Interno Bruto (PIB) debido a los problemas ambientales.
Astrálaga aseguró que aunque antes se discutía si el calentamiento global era un fenómeno natural ajeno a la actividad humana, ahora sabemos que es una realidad a la cual estamos contribuyendo.

En la región del Caribe, uno de los problemas más serios es el blanqueamiento de los corales, que si siguen declinando al ritmo actual, habrán desaparecido para 2070, además de dañar como consecuencia el turismo, la pesca y la protección contra huracanes que significan.
Otro aspecto notable es la pérdida de los glaciares en la Patagonia, Bolivia y Chile.
Desde el aspecto positivo, mencionó la funcionaria, hay que destacar el intento de las naciones por generar energías alternativas, que en nuestro continente generaron 2,3 millones de empleos.
"Vivimos en un futuro prestado", indicó Astrálaga.
La convención reunirá desde el lunes y hasta el 12 de julio a centenares de expertos en el ambiente, activistas y científicos.
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