“Hace cinco años que trabajo en la UIF, participé de miles de allanamientos, puse mi vida en peligro, soy docente en cursos sobre lavado: quisiera saber el motivo por el que se prescinde de mis servicios”, dice Gómez sin obtener respuesta, mientras su superior toma mate y pide que firme la desvinculación.
Tras decenas de evasivas, la única respuesta fue que “es la decisión de la presidencia rescindir algunos contratos”.
Gómez replicó: “Soy uno de los más antiguos en el área de análisis. Si ustedes quieren combatir el lavado de activos y dejan afuera a la gente que tiene más experiencia, quisiera saber cómo eso va de la mano de su ideal de política. Es algo contradictorio. Quisiera saber en base a qué criterio hacen la selección de personal”.
En la Unidad de Información Financiera (UIF) despidieron a más de 100 empleados. La forma de despido, sin justificación y sin previo aviso, se replicó en otros organismos del Estado como Fabricaciones Militares.
El analista de la UIF detalla que no pasó por ningún tipo de análisis por parte de la nueva administración: “No me hicieron ninguna entrevista ni me preguntaron qué es lo que pensaba ni cuál era mi motivación para estar dentro del organismo”. Tampoco obtuvo una respuesta satisfatoria de su interlocutor.
Finalmente, Gómez pidió pasar a retirar sus objetos personales, pero la respuesta fue sorprendente: “Comunicate con la responsable de recursos humanos que está coordinando la entrega de los bienes. En este momento no podes pasar porque no estás vinculado con el organismo”.