En vísperas de las elecciones presidenciales de noviembre en
EE. UU., las miras de los candidatos republicanos a la Presidencia del país
se centran en el Kremlin: igual que en los años cincuenta, cuando la Guerra Fría estaba en
pleno desarrollo, lo perciben como una gran amenaza.
Sin embargo, según muchos expertos, no hay evidencia de
ningún apoyo popular a la hostilidad hacia Rusia y esta idea de que Moscú puede representar una
preocupación para Estados Unidos no es actual y podría contar con el apoyo de
una cantidad muy pequeña de personas.
Preguntado sobre los comentarios de Mitt Romney respecto a
Rusia, el presidente Dmitri Medvédev lo previno de revivir los remotos
estereotipos hollywoodenses y le invitó a echar un vistazo al calendario.
"Les recomendaría a todos los aspirantes al puesto de presidente de
Estados Unidos, incluido Mitt Romney, al menos dos cosas. Cuando expresen su
posición, hacer uso de argumentos razonables. Y también estar pendientes del
reloj. Estamos en el 2012 y no a mediados de los setenta", expresó el
líder ruso.
Según la mayoría de los pronósticos, es probable que Mitt
Romney gane la postulación republicana y los estadounidenses tengan que elegir
entre él y el actual líder Barack Obama. Pero más que a su mandatario, los ciudadanos
del país norteamericano tendrán que elegir el mundo en el que quieren vivir. Y
si este estará lleno de colaboración o de supuestas amenazas y enemigos.
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