Algunos informadores contaron a la agencia israelí bajo
condición de anonimato que los rebeldes, cuyos últimos ataques afectaron
considerablemente a los tanques pesados Assad T-72, tienen en sus manos armas
antitanques de tercera generación, específicamente 9K115-2 Metis-M y Kornet-E,
suministradas por las fuerzas militares estadounidenses.
No se trata de suministros directos de armas a Siria. Según
la fuente, las armas estadounidenses llegan a manos de los rebeldes sirios con
la intermediación de la inteligencia de Arabia Saudita y Qatar.
La prensa estadounidense también reconoce esta información.
“La Administración
de EE. UU. intenta ensanchar sus contactos con la oposición siria, refuerza el
intercambio de información con los países del Golfo, que la respaldan. Esto
indica un cambio de política, pues antes Washington se oponía a prestar apoyo
abierto a los grupos armados que luchan contra las fuerzas de Assad”, concluye
el periódico The Washington Post.
Hace unos días Siria acusó a EE. UU. de ayudar a los
terroristas que operan en el territorio del país. “Unos recientes atentados en
Damasco que se llevaron la vida de 55 personas fueron organizados por los
terroristas con la ayuda de EE. UU. y los países occidentales que les
suministran armas y dinero”, dijo el ministro sirio de Información, Adnan Hasan
Mahmud, aunque no dio ninguna prueba de sus palabras.
“Es nuestra opinión que los días [de Assad en el
poder] están contados no es cuestión de si va a pasar esto o no, es una
cuestión de tiempo”, dijo Obama en marzo pasado a la publicación Altantic Weekly.
A pesar de esta afirmación, el líder sirio sigue estando en el poder,
enfrentándose a los rebeldes armados en un conflicto atizado con insistencia
desde el exterior, que ya ha dejado sin vida a miles de personas.
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