"Cuando avanzas necesitas pararte y ser consciente de tu propio universo, la cosmogonía que nos acompaña y nos liberará de una vida con fecha de caducidad y llena de cadenas,conectándonos a algo inmenso".
Las cosas son verdaderas cuando son «fiables», fieles porque cumplen lo que ofrecen.
Si algo se ha convertido en habitual en nuestras vidas es la mentira, la ocultación, y sobre todo la falsedad pura y dura, pero lo peor es que todos los que están a su alrededor acaban creyendo en ello o simplemente justificándolo y consintiéndolo. La mentira, la hipocresía, con la burda autojustificación se propagan como si se tratara de la tela de una araña y más presas quedaran atrapadas en ella. Somos incapaces de entender que mentir nos perjudica aunque el que lo hace se cree sus propias mentiras. Siempre he tenido una manía, no soporto la mentira, ni tan siquiera la piadosa, a ciertas personas les puede parecer enfermizo a mi me parece que no, cuando se dice una cosa y tus actos demuestran lo contrario, los protocolos sociales, los compromisos y las apariencias, me suponen conflictos diarios, cada día es como un reto superar dichas situaciones, intento comprender, entender, empatizar, ¿pero realmente quiero hacerlo?, desde la perspectiva de la flexibilidad tendría que intentarlo, pero se que hacerlo supone caer en la dinámica de la justificación, y eso no, justificarse es dar bálsamo a conductas nada loables, es más a actos que dejan lejos la generosidad, creo que nos movemos por aguas movedizas, mantenernos alejados de ellas supone ser fieles a nuestros principios y ser coherentes con lo que pensamos y hacemos.
La justificación es como una alucinación llega un momento que ya no sabes que es la realidad, pues eso es exactamente lo que quiero evitar, que la falsedad, la mentira, la hipocresía invadan mi realidad aunque para los otros la equivocada sea yo. Aunque se harten a decir esto es lo que hay, esto es así, si no lo haces tú, otro lo hará, si tu no te aprovechas otros ganan, y un sinfín de expresiones esteriotipadas, me reafirmo no, no y no, todo lo andado y aprendido me llevan al mismo lugar a ser fiel a mi misma, a no entrar en conflicto con lo que siento en lo más profundo de mi ser, a ser honesta, regirme por mi ética y no por las normas morales que rigen una sociedad corrupta y carente de sentido. Por supuesto no poseo la verdad, ni tan siquiera la rozo, pero si necesito la sinceridad, la honestidad y la franqueza para vivir, no soporto que me engañen, manipulen y oculten por miedo a ¿Qué?, a no entender su realidad, eso lo decido yo. Si todos practicáramos la sinceridad, algún día aprenderíamos algo que esta ahí pero no somos capaces de ver, todo es más sencillo de lo que parece. Intentamos evadirnos de la responsabilidad, hemos creado unas normas morales para castigar hechos reprobables pero no castigamos la mentira simplemente la justificamos disculpándola. Es la gran culpable del mundo que tenemos, es la gran bola que empezó a crecer. Dejemos de mentir, y sobre todo no dejemos que nos mientan, seamos capaces de ser sinceros y pedir a los demás que lo sean con nosotros.
domingo 13 de marzo de 2011
http://tienesesperanza.blogspot.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario