El presidente legítimo de Paraguay Fernando Lugo, respetó la decisión tomada este viernes por el Senado de su país y aceptó la destitución de su cargo como mandatario de la República diciendo que se iba "por la puerta más grande de la patria", que es "la del corazón" de todos sus compatriotas.Ante todo su gabinete ministerial y el grupo de abogados de defensa que participaron en un juicio imprevisto contra el presidente, Lugo aseveró que el golpe de Estado no fue solo en su contra, sino en contra de "la historia y la democracia paraguaya".
"Es la historia paraguaya, su democracia, la que ha
sido herida profundamente, en la que han sido transgredidos todos los
principios de la defensa, de manera cobarde y alevosa y espero que su
ejecutores tengan presente la gravedad de sus hechos", expresó.
A su vez agradeció a todo el pueblo y a los que
"pusieron el hombro, el tiempo y su valer para consolidar la democracia y
el buen vivir en nuestro país".
También dijo que actuando “como siempre en el marco de la
ley”, aceptaba la destitución de su cargo y a su vez hacía un llamado para que
no se negara el derecho a los ciudadanos de manifestarse ya fueron en favor o
en contra de la decisión.
“Que la sangre de los justos no se derrame nunca más por
causas de intereses mezquinos en nuestros países (…) Casi cuatro años de
ejercer la presidencia, hoy me despido como presidente de la república pero no
me despido como ciudadano paraguayo, y he de servir a esta nación allí donde me
necesiten, como lo había jurado”, aseveró.El Mandatario democráticamente electo
que asumió el poder tras unas elecciones pacíficas en las que obtuvo más del 40
por ciento de los votos.Durante el juicio, los abogados de Fernando Lugo pidieron
un tiempo prudencial para preparar la defensa del mandatario, pues el proceso
penal fue imprevisto, pero el requisito no fue aprobado. Ante lo que se
consideró la violación al debido proceso de defensa, el diputado Carlos Filizzola -que fue uno de los
cuatro votos en contra de la condena a Lugo- calificó el juicio como “un circo
que no tiene ni pie ni cabeza”, al que le expresó su más categórico rechazo.
En tanto en las calles de Asunción (capital), centenares de
personas que desde este jueves estaban en vigilia expresando su apoyo al
mandatario, repudiaron la decisión del Senado y posteriormente fueron agredidos
por policías, que emplearon camiones lanza-aguas para dispersarlos.
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