El gobierno británico ya ha dado luz verde a la aplicación
de esta tecnología, pero los habitantes de una localidad a 60 kilómetros del sur
de Londres, donde las autoridades planean explotar los yacimiento de petróleo,
tienen una posición distinta al respecto.
“El hecho de que la
fractura hidráulica se utilice a apenas 4 millas de mi casa me
pone furiosa, desilusionada y decepcionada de nuestros legisladores. Estoy
totalmente exasperada con su aprobación”, dice Vanessa Vine, residente de No
Fracking in Sussex.
La fractura hidráulica es un método de extracción de gas
metano que consiste en bombear toneladas de agua y productos químicos, entre
ellos ácido clorhídrico, en un pozo de tres kilómetros de profundidad a gran
presión. La roca, al romperse libera el gas, pero tambén radiación y toxinas.
Tres cuartas partes de las sustancias químicas cancerígenas
que se usan en el proceso se dispersan en la tierra. Y aunque hay descontento
con este método, las autoridades creen que es más ecológica que la que utiliza
carbón.
“Realmente debemos reflexionar
sobre cómo dejar de usar combustibles fósiles, pero el gobierno presta más
atención y recursos a propuestas de energía nuclear y a la fractura hidráulica,
que no contribuyen a aumentar la capacidad de extracción de combustible y no
nos llevan a una reducción del impacto climático”, afirmó Mike Grenville,
activista de Transition Forest Row.
Los estudios gubernamentales dicen que la extracción de gas
por medio de la fractura hidráulica no representa ninguna amenaza.
“La fractura
hidráulica de roca pizarra ha sido denostada por provocar terremotos y
contaminar las aguas subterráneas y ha generado una feroz oposición por parte
de los ecologistas. Es una técnica que debe usarse siempre y cuando sea
controlada atentamente y se acompañe de medidas que minimicen las emisiones de
carbón”, indicó Lord Smith de Finsbury, presidente de la Agencia de Medio Ambiente.
Pero además de poder contaminar el agua, estos métodos
podrían causar terremotos como los que ocurrieron en el balneario popular de
Blackpool. Los ecologistas están alarmados porque este tipo de obtención de gas
pueda traer más problemas que beneficios al Estado y a sus ciudadanos.
“El gobierno tiene un interés legítimo en apoyar a la
industria del gas en este país. Pero lo que no toma en cuenta es que los
terremotos no son la única posibilidad vinculada a la fractura hidráulica. Así
que resulta que todo está controlado por el Departamento de Energía y Cambios
Climáticos”, dijo Garry Gardiner de la organización Frack Off.
Ya hay países que han atendido estos riesgos y han
prohibido el uso de la fractura hidráulica, como por ejemplo Francia y
Bulgaria, ambos motivados por el rechazo público que generaron. Pero las
autoridades de Reino Unido parecen hacer caso omiso a las quejas de sus
ciudadanos e ignoran los peligros que presenta esta práctica para el ambiente y
la salud de las personas.
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