Los jueces de la Corte Penal Internacional dudan que un juicio a
Saif al Islam Gaddafi esté entre sus facultades. Por esta razón han aplazado
indefinidamente su entrega por parte de las autoridades de Libia.
Mientras tanto, Saif al Islam no se encuentra a disposición
de las autoridades de Trípoli, sino en la ciudad de Zentén, controlada por un
grupo de ex rebeldes que le están reteniendo como a un rehén. Se declaran
dispuestos a entregarle a las autoridades centrales únicamente a cambio de un
millón y medio de dólares prometidos por su captura y aún no endosados. Incluso
el representante libio ante la
Corte Penal Internacional, Ahmed Jihani, calificó de
“normales” las demandas de los ex combatientes, puesto que se trata del precio
acordado por el trabajo que han cumplido.
Además, durante todo el tiempo transcurrido desde la captura
de Saif al Islam, Trípoli se ha opuesto al traspaso del acusado a La Haya. Las nuevas
autoridades anunciaron en varias ocasiones que prefieren organizar un proceso
en su contra en territorio libio.
El vástago más mediático del coronel Gaddafi se
desempeñó durante los últimos años como presidente de
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