Por fin
la sociedad de agricultores entendió lo que hace mas de 10 años estamos
denunciando sobre esta multinacional destructora del ambiente. La llegada de
esta empresa norte americana, no solo
saquea el suelo, el agua y la calidad ambiental, sino que además con sus
pesticidas como el Raundap esta matando a las familias, contaminando acuíferos
y claro, lo de siempre, desmontes masivos ricos en biodiversidad cambiados por
este bastardo monocultivo que termina alimentando chanchos o vacas para que
consuma el mal llamado primer mundo.. Nuestros bienes naturales a cambio de
llenar un plato de comida con carne para un gordo” capitalista Y por favor, la
farsa de que la soja le sacará el hambre al mundo ya quedó en evidencia que no
es de esa manera. Ahora, agotados los suelos y atada la dependencia económica,
quieren transformar esos cultivos en Biodisel , otra ves, para que el
"gordo" capitalista se movilice con su auto... Un asco, espero que
Argentina despierte también, lamentablemente aquí la oligarquía que golpea
periodistas es la que gana con la
Soja y junto a Monsanto.
Los
agricultores declaran que anualmante el gigante agrícola estadounidense
Monsanto les cobra una cuota excesiva por las cosechas de las semillas
“renovables”, es decir, las semillas obtenidas de las cosechas.
"La
ley da derecho a los agricultores a
multiplicar las semillas que compran y en ninguna parte del mundo cobran por
eso anualmente. En el fondo Monsanto introdujo un impuesto exclusivo de
producción", comenta Jane Berwanger, la abogada de los agricultores
brasileños.
No es la primera vez que Monsanto se enfrenta a
denuncias judiciales. Los agricultores argentinos ya presentaron en su día una
demanda contra las compañías tabaqueras estadounidenses y Monsanto, esgrimiendo
que en su intento por alcanzar un mayor beneficio las multinacionales les
envenenaron y causaron un daño irreparable a la salud.
Por fin la sociedad de agricultores entendió lo que hace mas de 10 años estamos denunciando sobre esta multinacional destructora del ambiente |
Cinco
millones de agricultores brasileños están involucrados en el proceso judicial
contra Monsanto, el gigante de los cultivos transgénicos.
A
pesar de que estas prácticas agrícolas existen desde tiempos remotos, Monsanto
insiste en seguir cobrando dinero por cada cosecha de cultivos obtenidos de sus
semillas modificadas. Como dichas
semillas están patentadas, Monsanto cobra no sólo una suma inicial al
venderlas, sino el 2 por ciento de la suma inicial por cada cosecha
subsiguiente.
Según
la última conclusión del juicio, Monsanto fue obligado a pagar a los
agricultores al menos 2.000 millones de dólares cobrados desde 2004, pero la
multinacional apeló la decisión y el caso permenece abierto. Monsanto insiste
en que los agricultores, después de comprar las semillas, deben pagarle una
cuota anual.
Tales
condiciones hacen peligrar la producción de soja en Brasil, uno de los cultivos
más rentables. El año pasado Brasil ocupó el segundo lugar por producción y
exportación de soja. El cultivo se usa en muchos ámbitos, como la alimentación
y el biocombustible, entre otros.
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