lunes, 4 de junio de 2012

Monsanto planta la semilla de la discordia en Brasil Los agricultores brasileños denuncian al gigante de los transgénicos por cobrarles por las semillas obtenidas de las cosechas "renovables" Por fin se dan cuenta Che!!!

Por fin la sociedad de agricultores entendió lo que hace mas de 10 años estamos denunciando sobre esta multinacional destructora del ambiente. La llegada de esta empresa norte americana, no solo  saquea el suelo, el agua y la calidad ambiental, sino que además con sus pesticidas como el Raundap esta matando a las familias, contaminando acuíferos y claro, lo de siempre, desmontes masivos ricos en biodiversidad cambiados por este bastardo monocultivo que termina alimentando chanchos o vacas para que consuma el mal llamado primer mundo.. Nuestros bienes naturales a cambio de llenar un plato de comida con carne para un gordo” capitalista Y por favor, la farsa de que la soja le sacará el hambre al mundo ya quedó en evidencia que no es de esa manera. Ahora, agotados los suelos y atada la dependencia económica, quieren transformar esos cultivos en Biodisel , otra ves, para que el "gordo" capitalista se movilice con su auto... Un asco, espero que Argentina despierte también, lamentablemente aquí la oligarquía que golpea periodistas es la que gana con la Soja y junto a Monsanto.

Por fin la sociedad de agricultores entendió lo que hace mas de 10 años
estamos denunciando sobre esta multinacional destructora del ambiente 

Cinco millones de agricultores brasileños están involucrados en el proceso judicial contra Monsanto, el gigante de los cultivos transgénicos.
 Los agricultores declaran que anualmante el gigante agrícola estadounidense Monsanto les cobra una cuota excesiva por las cosechas de las semillas “renovables”, es decir, las semillas obtenidas de las cosechas.
A pesar de que estas prácticas agrícolas existen desde tiempos remotos, Monsanto insiste en seguir cobrando dinero por cada cosecha de cultivos obtenidos de sus semillas modificadas. Como dichas  semillas están patentadas, Monsanto cobra no sólo una suma inicial al venderlas, sino el 2 por ciento de la suma inicial por cada cosecha subsiguiente.
 "La ley da derecho a los agricultores  a multiplicar las semillas que compran y en ninguna parte del mundo cobran por eso anualmente. En el fondo Monsanto introdujo un impuesto exclusivo de producción", comenta Jane Berwanger, la abogada de los agricultores brasileños. 


Según la última conclusión del juicio, Monsanto fue obligado a pagar a los agricultores al menos 2.000 millones de dólares cobrados desde 2004, pero la multinacional apeló la decisión y el caso permenece abierto. Monsanto insiste en que los agricultores, después de comprar las semillas, deben pagarle una cuota anual.

Tales condiciones hacen peligrar la producción de soja en Brasil, uno de los cultivos más rentables. El año pasado Brasil ocupó el segundo lugar por producción y exportación de soja. El cultivo se usa en muchos ámbitos, como la alimentación y el biocombustible, entre otros.

No es la primera vez que Monsanto se enfrenta a denuncias judiciales. Los agricultores argentinos ya presentaron en su día una demanda contra las compañías tabaqueras estadounidenses y Monsanto, esgrimiendo que en su intento por alcanzar un mayor beneficio las multinacionales les envenenaron y causaron un daño irreparable a la salud.

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