No dejo de sorprenderme al ver como el cipayo Obama un día dice que hay que respetar los límites de la ONU del año 1967 y al ratito nomas se da vuelta como panqueque...
Michael Neumann.-Yaakov Amidror es un general israelí en retiro que es actualmente jefe del Consejo Nacional de Seguridad de Binyamin Netanyahu. Es algo sorprendente, aunque no por los puntos de vista políticos de Amidror: se opuso, por ejemplo, a la evacuación de Gaza, y llamó a que fuera reconquistada. No, es sorprendente porque Amidror no es particularmente inteligente. ¿De qué otra manera se puede explicar su excelente argumento por la defensibilidad de las fronteras de Israel de 1967, en un artículo que arguye que esas fronteras son indefensibles?
El argumento de Amidror se basa en la idea de que hay que asegurar sus fronteras mediante la ‘defensa en profundidad’, ¿Cuán profundo es suficientemente profundo? Sólo se nos ofrece una cifra:
“En la Europa de la Guerra Fría, los planificadores militares occidentales daban por entendido que lo decisivo no es la “frontera” sino más bien “la profundidad defensiva”. En Europa, esto incluía todo el ancho de Alemania hasta el Rin (más de 200 kilómetros).”¡Ah, sí!, y nos dice que, con nuevas tecnologías militares, los cálculos “casi se han duplicado en los últimos años”. Y agrega que en 1967, el Estado Mayor Conjunto de EE.UU. recomendó que Israel conserve un pedazo de los territorios ocupados con propósitos defensivos, a fin de “controlar la prominente posición elevada que va de norte a sur”.
Cuesta ver lo que quiere decir. Controlar una cierta posición elevada no asegura a Israel nada que se parezca a 200 kilómetros, sin embargo ese cálculo de la Guerra Fría debería ser duplicado ahora. ¿Es Israel de alguna manera menos vulnerable que Europa? Uno hubiera pensado lo contrario. Y ‘controlar la posición elevada’ suena algo medieval considerando los cohetes de Hizbulá, para no hablar del material muy superior en manos de todos los demás países ‘árabes’ en la región. Uno podría llegar a concluir que la posesión de cada pedazo de los territorios ocupados no serviría para nada porque, es obvio, no aseguraría nada parecido a la profundidad defensiva prescrita por las autoridades militares de Amidror.
La cosa se pone peor, porque si se presta atención a la autoridad militar, los vecinos de Israel también necesitan profundidad defensiva, que según cualquier medida comparable incluiría, bueno, todo Israel. La historia reciente no sugiere exactamente que los vecinos de Israel debieran estar menos preocupados de tener fronteras defendibles que el propio Israel.
Pero todo esto no es nada en comparación con la tremenda patata que nos ofrece Amidror, tan hermosa que la destaca: “Mientras una política de ataque preventivo podría crear en teoría la profundidad necesaria para la defensa, si la amenaza para Israel emanara de Estados que fueron formalmente signatarios de tratados de paz, las probabilidades de que un gobierno israelí los violara con un ataque preventivo serían nulas”.
Como dicen los necios: ROTFL [acrónimo en inglés para: revolquémonos en el suelo de risa]. Amidror no tiene ninguna competencia profesional en política, y su declaración muestra que tampoco es un aficionado talentoso. Temo que esté insultando la inteligencia del lector al aclarar lo que le pasa, pero no se impacienten conmigo.
Israel es el país de la “Opción Sansón”, un nombre atribuido a varios primeros ministros israelíes. En su forma moderada, prevé represalias nucleares masivas contra todo ataque que amenace la existencia de Israel. Su versión menos moderada es articulada por el no irrespetable Martin van Creveld, profesor de historia militar en la Universidad Hebrea de Jerusalén y ocasionalmente profesor en la Academia Naval de la Guerra de EE.UU. Van Creveld nos dice que “Tenemos la capacidad de llevarnos al mundo con nosotros. Y puedo aseguraros que es lo que sucederá antes de que Israel se hunda.”
Ahora el mundo, como lo veo, contiene bastantes civiles desarmados (para no hablar de menores de edad) cuyas naciones son grandes compinches de Israel, para no mencionar a todas esas personas en “Estados que formalmente fueron signatarios de tratados de paz”. Israel ha afirmado casi con gran deleite, una y otra vez, su determinación férrea de no parar por nada en el ejercicio de su generosamente concebido derecho de autodefensa. La probabilidad de que deje que sus ciudades ardan y sus ciudadanos mueran en las calles por escrúpulos hacia signatarios de un tratado de paz es… nula. Lo que es más, toda la estrategia de disuasión de Israel depende de sugerir que, como declaró brillantemente Moshe Dayan: “Israel debe ser como un perro rabioso, demasiado peligroso para molestarlo”. La declaración de Amidror es exactamente el tipo de cosas a las cuales Israel no se compromete y, en su propia visión estratégica, no se debe comprometer.
En breve, Amidror nos ha dado un motivo decisivo para pensar que las fronteras de 1967 son ciertamente defendibles. Y luego hizo un chiste pesado. El resultado es un argumento por la defensibilidad de las fronteras de Israel de 1967, proveniente nada menos que del actual jefe del Consejo Nacional de Seguridad de Israel.
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Michael Neumann es profesor de filosofía en la Universidad Trent en Ontario, Canadá. Los puntos de vista del profesor Neumann no deben ser considerados como propios de su universidad. Su libro: What's Left: Radical Politics and the Radical Psyche es publicado por Broadview Press. Contribuyó el ensayo "What is Anti-Semitism", al libro de CounterPunch The Politics of Anti-Semitism. Su último libro es: The Case Against Israel. Para contactos escriba a: mneumann@trentu.ca.
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