Hace un tiempo que observo con asombro como palabras
"ligeras" se vuelcan en estas redes sociales, pretendiendo con ello "parecer ser" cuando en
verdad la hipocresía instaurada nos muestra como, este sitio es una caja de
resonancia de los "egos", de seudo revolucionarios o simplemente el
encuentro de ideas que no superan mas lejos que su propia nariz. Todos le
choereamos a otros pensadores textos,
decimos grandilocuentes declaraciones revolucionarias que no pasan mas lejos que un teclado de tu
PC. Perdimos el movimiento para ser parte de alguien o algo que nos
"convenga" a nuestra ego forma de vida. Nos declaramos en alerta y
movilización social y ni siquiera sebemos que ocurre en el mundo. Copiamos y
pegamos noticias que otros viven y pontificamos sobre ellas como semidioses del
Olimpo , devenidos a Humanos mortales. Muchas de las informaciones que se
refritan , inclusive jamas son entendidas por los mismos que las publican en
estas redes. Otros, usando grandes pensadores, instalan permanentes debates sicológicos,
desde una tarima falsa de saber que se cae ante el mínimo soplido. Cuanta
Hipocresía hermanos/as nuestros Hay que
ver, de todos los “amigos” que tenemos en Facebook, cuáles son realmente
amigos. No sé si hay todavía una palabra para denominarlos. “Contactos” suena
demasiado a oficina, pero amigos, definitivamente, no son. Es decir, no todos.
Aquel que tenga, honestamente, 153 amigos, y hable con ellos todos los días o
asiduamente, y los visite a sus casas y conozca sus problemas, probablemente viva
días de 50 horas, y aún así probablemente no le alcance. Las redes sociales, no hay duda, nos
conectan con otros. Por eso son sociales. Pero hay algo que no es tan social, o
representa una deformación de la sociabilización: se utilizan estos espacios,
por lo general, como “vidrieras“. Colgamos fotografías, vídeos, comentarios,
sobre nosotros, qué hacemos, cómo vivimos, etcétera, que funcionan más como un
darnos a conocer, en nuestra cara, obviamente, más presentable. Para que los
demás nos vean… ¿hacer qué? Eso es lo que no está tan claro, todavía.
Con esto me refiero a que nadie habla, en estas redes, de lo
que le pasa verdaderamente. Digo, se disfrazan realidades: aparecemos todos
contentos, divertidos, felices, y amigos… pero si fuéramos todos tan amigos,
hablaríamos de otras cosas. Hablaríamos de por qué nos peleamos con nuestras
novias, o cómo está nuestro padre que está internado, o por qué estamos metidos
en un pozo depresivo, no tenemos trabajo ni dinero, o quién sabe qué. Digo yo, ocurrirá un día donde dejemos de
ocupar tiempo y energía en esta enfermedad del ego que nos aqueja. Hay un nuevo
sitio que explota esto, se llama FriendFeed. Me gusta porque todos hablan de
amistad (friend es amigo en inglés). Lo que permite el sitio es tener un espacio
donde mostrar nuestros posts de Twitter, Digg, Flickr, Youtube y demás. A mí,
estos “emprendimientos”, startups, o como les quieran llamar, que intentan
generar ganancias a expensas de hacernos sentir más “conectados” ya me están
empezando a cansar.
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