Fernando Buen Abad Domínguez.-Si tuviésemos que calcular el peso, simbólico e histórico, que soportan algunos proyectos comunicacionales, “El Correo del Orinoco” de Venezuela, ( http://www.correodelorinoco.gob.ve/) merecería menciones especiales aun cuando las herramientas de medición –actuales- resultaran claramente insuficientes. Ese proyecto no sólo es heredero de un nombre y una tradición independentistas y bolivarianas [1] ; no sólo es portador actual de un cometido revolucionario crucial; no sólo es responsable de impulsar una generación nueva de periodistas y comunicadores; no sólo es emblema de una lucha fenomenal por la hegemonía socialista de la verdad y no sólo es responsable de ser imagen (digital e impresa) de la “espada de Bolívar que camina por América Latina”… además de todo eso (y mucho más), compromiso y trabajo de compañeros que se han cargado a hombros una responsabilidad socialista en materia de comunicación. Es, fundamentalmente, una lucha emancipadora. Ni más ni menos.
Ni es fácil, ni es cómodo, asegurar a la Revolución Socialista de Venezuela la aparición diaria y ubicua de una herramienta ordenadora que contribuya a hacer visible lo que, no pocas veces, queda en las sombras. Producir “El Correo del Orinoco” es una lucha cotidiana para hacer escuchar la voz de aquellos a quienes el capitalismo ha enmudecido siempre. Y nada sencillo es librar la “batalla de las ideas” desde una revolución social que, también, debe verificarse como revolución comunicacional en la cabeza los de periodistas y sus destinatarios. Revolución Permanente.
Falta mucho por hacer. No todo lo que dice “El Correo del Orinoco” gusta o convence a todos pero “gustar” o “convencer” no son los fines principales cuando se trata de que la verdad sea razón que organiza y moviliza a un pueblo en situación revolucionaria. Por méritos propios “El Correo del Orinoco” camina a ser consolidado como lectura “obligatoria” y referente para esclarecer y ordenar ideas y acciones. Por eso su lucha incluye combatir todo relato dogmático y su insistencia busca en sumar análisis cuya objetividad parte de tomar posición al lado de la lucha emancipadora de los pueblos. Madura en “El Correo del Orinoco” una ética periodística socialista que en la hora actual exige el derecho inalienable a luchar por informarnos correctamente. Información para la movilización de las masas, en los dichos y en los hechos, ayudados con herramientas de producción informativa capaces de levantar, con honor y confianza plena, sus ideas, sus convicciones y sus autocríticas. Hay que ayudarlo a llegar a todas partes.
Así como Venezuela revolucionaria nos ha regalado el ejemplo de asumir responsabilidades históricas, así debiéramos asumir como responsabilidad de todos, el crecimiento y la expansión de “El Correo del Orinoco”. Asumirlo como responsabilidad socialista en comunicación que nos atañe a todos. Eso implica sumarse, directa o indirectamente, implica ofrecerle crítica fraternal y ofrecerle un hombro para aliviar, como se pueda, el peso gigantesco que levanta ese sueño continental y urgente que muchos hemos soñado y que todos reconocemos como necesario. No hay espacio para regateos.
Ese periodismo que milita en “El Correo del Orinoco” es una lucha política minuciosa por elevar el nivel de la conciencia, es un frente de combate nuestro que nos exige lo mejor y que nos pone a prueba los principios y las tácticas, día a día. Es un periodismo que trabaja cincelando con información verdadera el socialismo que va naciendo desigual y combinado “¿Acaso el primer deber de quien busca la verdad no es avanzar directamente hacia ella, sin mirar a izquierda ni derecha? La verdad es tan poco prudente como la luz. Si la prudencia constituye el carácter de la investigación, ello es índice del temor que se tiene a la verdad, más bien que índice del temor que se tiene al error. Es un medio que paraliza cada vez que se da un paso adelante, por esa razón, la investigación sufre obligatoriamente un santo temor de descubrir el resultado: es una forma de preservarse contra la verdad.” Karl Marx.
Está a la vista en “El Correo del Orinoco” el trabajo de los camaradas que, en el día a día, sostienen las convicciones de una revolución que avanza con nuestros propios medios. Sin perder su independencia semántica, madura desde sus páginas -en construcción permanente- nuestra obligación de unidad y solidaridad para construir la verdadera liberad de expresión, nada fácil, nada frecuente, nada gratis. “El Correo del Orinoco” es una incubadora magnífica de la argumentación informativa con base en la realidad y en los hechos. Inspiración potente para la transformación del mundo. “El Correo del Orinoco” debe desplegar más y mejores aportes para la batalla de las ideas porque es prensa revolucionaria en guerra contra la mentira, la ignorancia y la alienación. Guerra humanística para desarrollar la conciencia política en la lucha contra el capitalismo y su ideología. Periódico educador, organizador, movilizador y activo, hacia afuera y hacia adentro. Debiéramos todos sumar siempre más de lo que ya se suma. Es una realidad en crecimiento que nos pertenece y nos obliga a trabajar más y mejor, defenderlo y potenciarlo. Eso no puede esperar a mañana.
[1] El Correo del Orinoco fue un periódico venezolano que circuló desde el 27 de junio de 1818 hasta el 23 de marzo de 1822, durante la Guerra de independencia de Venezuela. Fue creado por Simón Bolívar como órgano propagandístico de la Tercera República y para contrarrestar la influencia de la Gaceta de Caracas, periódico al servicio de la Corona Española.http://es.wikipedia.org/wiki/Correo_del_Orinoco
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