Libia conmemora el primer aniversario de la revolución que
acabó con el derrocamiento de Muammar Gaddafi y que parece haber acarreado al
país norteafricano más destrucción que democracia. Mientras la OTAN refuta las acusaciones
de querer intervenir en Siria, los libios hacen balance de la libertad
conquistada.
La 'receta libia' se repite con sumo cuidado, respetando
pequeños detalles que no se tuvieron en cuenta hace un año. De hecho,
Washington ha promovido la creación de un grupo de 'Amigos de la Siria democrática', para
unir y dirigir todos los descontentos del Gobierno de Bashar Al-Assad.
Quizá sería redundante afirmar que este club tiene todas las
papeletas para convertirse en una réplica exacta de los 'Amigos de Libia',
grupo que coordinó toda la ayuda internacional a los opositores del asesinado
gobernante libio, Muammar Gaddafi.
Tras encarnizados combates, en octubre Gaddafi fue asesinado
en su ciudad natal de Sirte en medio de un cruel linchamiento cuyo video dio la
vuelta al mundo. Con ello se dio por terminada la resistencia organizada de
gaddafistas en el país y la OTAN
no tardó en declarar que la campaña en libia fue todo un éxito.
Así las cosas, ¿qué pasará en Siria si Occidente decide
implantar una democracia extraña a este país? El opositor Consejo Nacional
Sirio ya augura para el presidente sirio Assad y su familia un destino parecido
al de Gaddafi.
Transcurridos tres meses desde que en Libia se estableciera
una paz relativa, las circunstancias de la muerte de Gaddafi siguen siendo un
misterio. Los grupos armados siguen sin reconocer al gobierno de la recién
“liberada” Libia y se niegan a deponer armas.
Mientras tanto, el pasado jueves la Asamblea General
de la ONU aprobó
el proyecto de la resolución sobre Siria exhortando la dimisión del presidente
Assad.
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