Una gran parte de las cataratas del Iguazú situadas en la
frontera entre Brasil y Argentina se han quedado sin agua a causa de una
prolongada sequía en el estado brasileño de Paraná. Esto suele pasar con una de
las 'Siete maravillas naturales del mundo' solo una vez cada 40 años.
Según los datos del Parque Nacional de Iguazú, las
mediciones realizadas muestran que el volumen del agua se redujo a una tercera
parte: hasta unos 500
metros cúbicos por segundo, cuando lo habitual son unos
1.500. De este modo, una parte considerable de las cataratas se secó dejando al
descubierto los desfiladeros de roca que suele cubrir.
El complejo de cataratas se extiende por unos 2,7 kilómetros e
incluye cerca de 270 cascadas. La altura de la mayor caída de agua alcanza los 82 metros, pero en la
mayoría de las cascadas es de algo más de 60 metros.
Junto con las cataratas Victoria en África y las del
Niágara, en la frontera entre Canadá y Estados Unidos, las de Iguazú están
consideradas unas de las más espectaculares del mundo. El complejo natural es
considerado Patrimonio de la
Humanidad por la
UNESCO.
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