Por Javier Lewkowicz.-Repsol cotizó el valor de su participación en YPF en 10 mil
500 millones de dólares, suma que el gobierno argentino ya aclaró que no va a
pagar, y anticipó que acudirá al Ciadi, tribunal arbitral del Banco Mundial,
para exigir una indemnización "por las acciones expropiadas". El
presidente de la firma española, Antonio Brufau, ofreció ayer una conferencia
de prensa donde consideró que la decisión de expropiar casi la totalidad del
capital de Repsol, grupo de control de YPF, respondería a una necesidad de la
administración de Cristina Fernández de tapar una supuesta crisis
"inflacionaria, cambiaria, energética y de transporte".
"La
Argentina querida es otra", se lamentó Brufau, quien
también vinculó la medida con una supuesta intención del gobierno de quedarse
con las inversiones realizadas por la firma en el yacimiento de Vaca Muerta,
donde existen recursos hidrocarburíferos no convencionales. Según
especialistas, Repsol no realizó un desembolso de dinero significativo en ese
reservorio.
"Ilícita", "gravemente discriminatoria",
"no justifica la utilidad pública perseguida", "implica un
incumplimiento de las obligaciones asumidas por el Estado argentino al momento
de la privatización de YPF" y "se viola la confianza de la comunidad
inversora internacional". Con esos argumentos Repsol califica, en un
documento presentado ayer a la bolsa española, la medida de expropiación. Son
los que utilizará para sostener su demanda en el Ciadi, acción que Brufau
adelantó que la firma realizará. El objetivo es cobrar una importante
indemnización como resarcimiento por supuestos perjuicios generados por la
medida, más allá del monto que recibirá en manos del Estado nacional por el
propio proceso de expropiación.
En relación con el precio de la compañía, Repsol aseguró que
57.4 por ciento de YPF tiene un valor de 10 mil 500 millones de dólares, y
aunque el gobierno busca expropiar 88 por ciento de ese capital (el 51 por
ciento de YPF), la firma española pretende cobrar por toda su tenencia
accionaria. El gobierno anticipó que no pagará la suma que Repsol pretende.
"Todos los estados tienen derecho a expropiar, pero a pagar el justo
precio, también", planteó Brufau, quien aseguró que el Estado argentino
apuntó a "facilitar el derrumbe del precio de YPF para conseguir la expropiación
a precio de saldo".
Una de las principales hipótesis que Brufau esbozó para
dilucidar por qué el gobierno tomó la decisión de expropiar, es la de una
supuesta "crisis social y económica" que Cristina Fernández buscaría
tapar. "Al levantar la bandera de la expropiación, se cree que se supera
la situación", consideró. La afirmación parece anacrónica, en medio del
mayor ajuste fiscal de la historia, que busca llevar a cabo el gobierno de
Mariano Rajoy en España. Ese paquete de medidas probablemente empeore la ya de
por sí compleja situación ibérica que, según estimaciones oficiales, cerraría
el año con un desempleo de 24.3 por ciento y una baja del PIB de 1.7 por
ciento.
No convencional
Brufau indicó, citando a Página/12, que uno de los motivos que
llevan al gobierno a impulsar la nacionalización de YPF es "quedarse"
con el yacimiento de Vaca Muerta, en la cuenca neuquina, un enorme reservorio
de recursos hidrocarburíferos no convencionales. De hecho, según administración
de información de energía (EIA en inglés), Argentina poseería 12 por ciento de
los recursos no convencionales recuperables a escala mundial. Repsol
confeccionó una línea del tiempo desde 2007 hasta la actualidad, describiendo
las tareas de investigación y exploración que habrían permitido a la firma
encontrar esos recursos. De ahí que Brufau asegure que el gobierno estaría
pretendiendo apropiarse de la inversión que realizó Repsol. Aunque la compañía
no ofreció cifras sobre el monto invertido en Vaca Muerta, aclaró que "el
valor presente neto de esos recursos alcanzarían los 13 mil 700 millones de
dólares".
"En comparación con la gigantesca inversión que se
requiere para extraer efectivamente esos recursos, lo realizado por Repsol en
Vaca Muerta es insignificante. De hecho, la existencia de esos recursos no
convencionales es algo que se conoce desde hace mucho tiempo. Reservorios
convencionales se encuentran debajo de Vaca Muerta, de modo que los ingenieros
que allí trabajan conocen perfectamente la presencia del recurso no convencional.
Sucede que en los últimos años el avance tecnológico permite pensar que la
extracción de esos recursos puede ser económicamente viable", explicó a
este diario Mariana Matranga, ingeniera y especialista en la materia.
Inversiones
Por otro lado, Brufau justifica la declinación de las
reservas y la producción de YPF por tratarse de "cuencas maduras" los
yacimientos argentinos. "Efectivamente, los yacimientos tienen una vida
útil, sobre todo porque se trata de recursos no renovables. Sin embargo, eso
está relacionado con la falta de inversión en exploración. La YPF estatal en los años 80
perforaba cerca de 90 pozos por año, sobre un total de 117. Repsol hizo un
promedio de sólo ocho pozos por año. Como exploran muy poco y continúan extrayendo
el recurso de los pozos viejos, obviamente la producción va a declinar",
manifestó a Página/12 Mariano Barrera, economista, autor del artículo
"Subexploración y sobreexplotación: la lógica de acumulación del sector
hidrocarburífero en Argentina".
Repsol advierte que su desempeño en el país es relativamente
similar al que mostraron otras compañías. "Mientras los costos de
exploración sean más bajos en otros lugares del planeta, todos van a seguir
explotando acá y girando utilidades hacia afuera. La trampa de los años 90 fue
asimilar la racionalidad microeconómica de la empresa con el interés
general", agregó Barrera. La desregulación del sector, revertida con la
declaración de utilidad pública sobre toda la actividad, y el retorno de YPF
como empresa testigo, puede mejorar esa situación, advierten especialistas.
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