
El año nuevo sorprendió a los habitantes de la localidad noruega de Kvaenes con un regalo inesperado. Veinte toneladas de arenques muertos, cubriendo la playa con un tupido manto de peces, que aparecieron sin motivo aparente y que tienen intrigados a los expertos ecologistas del país. Según los medios noruegos, existe la posibilidad de que un predador de esta especie los asustase y los arenques se quedasen atrapados.
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