Con el convencimiento de que los agroquímicos pulverizados generan serios riesgos y daños a la salud a millones de habitantes que viven cerca de las zonas fumigadas, el ingeniero Claudio Lowy inició hoy una huelga de hambre ante el ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, en adhesión a la petición por el cambio de la metodología de clasificación de los agroquímicos. “No hay manera de lanzar millones de químicos y pensar que no afectan la salud”, dijo a AIM el ex trabajador de una empresa fumigadora en Entre Ríos Fabián Tomassi.
El cambio de metodología fue recomendado por el Defensor del Pueblo de la Nación a través de su resolución 147/10. La clasificación de los pesticidas es una incumbencia nacional, y la metodología utilizada actualmente los hace clasificar como mucho menos tóxicos de lo que en realidad son, induciendo su manipulación y aplicación de una forma y una magnitud que provoca serios riesgos y daños a la población afectada.
Sin embargo, aseveró Tomassi que “los funcionarios minimizan la situación, piden estudios y ponen excusas, o consideran inviable el tema porque de sancionar algo lo harían en contra del sistema que a ellos los mantiene; mientras tanto, acá (en Entre Ríos) hay soja y mas soja; que siga la fiesta, pero esto afecta seriamente la salud del ser humano y lo vamos a ver generaciones mas adelante, cuando sea tarde para lamentos”.
A nivel nacional se solicita que los estudios sobre los que se basan las clasificaciones de agroquímicos sean realizados por entidades que tengan reconocida independencia de criterio, es decir, que no estén o no hayan estado vinculados a las empresas y laboratorios que patentan, elaboran o comercializan los agroquímicos.
En diálogo con esta Agencia, Tomassi afirmó: “yo tengo mas de 150 estudios respecto de los agroquímicos; pero el titular de Medio Ambiente, Fernando Raffo, pone excusas y pide mas. Yo pregunto: ¿qué estudios y quiénes los tienen que hacer? No puede ser ni el Senasa ni el Inta, porque no están preparados y además son entidades del gobierno que giran para donde esta el viento”, cuestionó.
Tomassi recordó que “desde hace más de seis meses se viene solicitando al ministro de la Producción (Roberto Schunk), que la clasificación toxicológica de los agroquímicos considere el conjunto de todos los daños a la salud que por su toxicidad pueden generar estos productos, y no sólo la toxicidad letal aguda, como ocurre en la actualidad, así como que los que no tengan demostrado el grado de su toxicidad subletal y crónica sean clasificados como ‘sumamente peligrosos, muy tóxicos’; e identificados con banda roja. Pero hasta el momento no hubo respuesta a este reclamo”.
La historia de Tomassi
“Trabajé en aeroaplicaciones, fui peón rural y trabajé en negro durante muchos años; sin protección y manejando millones de litros de veneno, en cuero. Así recibí el impacto de cantidad de agroquímicos, de toda clase. Soy diabético, siempre lo fui, soy inmunodeprimido y por lo tanto me afecto el doble. Sufro de neuropatía, pero siempre se trato de minimizar mi tema, buscan excusas; si no fuera diabético dirían que soy borracho o fumador; pero nadie trata de investigar. En el 2006 me retiraron como un novillo afectado, tuve que renunciar. Sin saber que era esto, anduve hasta que di con un medico acá en Basavilbaso, el doctor Lezcano, que me orientó sobre lo que padezco”.
Ley de fumigaciones aéreas
Tomassi desestimo que la normativa se apruebe. “Dijeron que iban a convocar a todas las partes; yo soy un afectado y a mi nunca, de ningún partido, me llamaron”. Agregó asimismo que el proyecto “es una ridiculez y una manera de calmar las aguas, pero creo que no va a salir”.
Sin embargo mencionó que días atrás estuvo en la Cámara Baja acompañado por “Lalo” Moreira, de FundaVida Gualeguaychu, “y en la exposición, tres legisladores se retiraron y uno casi se duerme”. Lo lamentable, aseguró, es que “nadie quiere solucionar realmente el problema”.
Fuente consultada: Renace – Red nacional ecologista
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