El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, recibe este jueves en Madrid al secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Anders Fogh Rasmussen, con quien examinará las operaciones de la agresión militar contra Libia. Rodríguez Zapatero y Fogh Rasmussen también abordarán lo referente a la nueva estructura de la OTAN, que prevé el recorte de los grandes cuarteles para reducir el personal de esas instalaciones de los actuales 13 mil 500 a algo menos de nueve mil. Precisamente, su arribo se produce una semana después de que la OTAN decidió cerrar el Cuartel General de Retamares (Madrid), en el que trabajan unos 400 militares de más de 15 naciones, a cambio de abrir un mando aéreo en España.
Otro de los asuntos que abordará con el jefe del Ejecutivo ibérico será Afganistán, donde está previsto que en julio comience la fase de transición de la seguridad a las fuerzas afganas.
Tras su encuentro con Rodríguez Zapatero, Rasmussen acudirá al Senado (Cámara alta) para inaugurar junto a la ministra española de Defensa, Carme Chacón, el seminario OTAN y el Mediterráneo: los cambios que vienen.
En la sede de la Cámara alta de las Cortes Generales (Parlamento), el dirigente pronunciará un discurso sobre la cruenta agresión a Libia, liderada por la Alianza Atlántica.
Además de reunirse con Chacón, el alto funcionario de la OTAN aprovechará su fugaz visita para entrevistarse con la ministra española de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez.
Ambas funcionarias comparecerán el próximo lunes en el Congreso de los Diputados para solicitar el aval de la Cámara baja a una prórroga indefinida de la participación española en la ofensiva internacional contra Libia.
La titular castrense descartó la semana pasada la posibilidad de que los cuatro cazabombarderos F-18 desplegados por España se involucren directamente en los crecientes bombardeos contra el territorio de la nación del norte de África.
Su misión se circunscribirá, como hasta ahora, a preservar la zona de exclusión aérea impuesta por el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Además de los F-18, España aporta a la operación dos aviones de reabastecimiento en vuelo y una fragata, un submarino y una aeronave de vigilancia marítima que garantizan la aplicación del embargo de armas decretado por la ONU a Trípoli.
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